
Me diste la intemperie,
la leve sombra de tu mano
pasando por mi cara.
Me diste el frío, la distancia,
el amargo café de medianoche
entre mesas vacías.
(Julio Cortazar)

El amargo café de media noche entre las mesas vacías, prólogo de noche entera contigo entre mis brazos mientras los demás piensan que reposamos tranquilamente junto a ellos en el lado izquierdo de la cama.
Ni la fría caricia de la nieve entorpece el lenguaje de las manos, que solícitas calientan nuestro cuerpo, etéreo entre lazos de plata entrecruzados. Y en las casas duermen esperando un nuevo dia mientras nosotros jugueteamos entre las sombras del espacioso infinito, adornado de velas temblorosas y el eco de tu risa envolviendo el regreso a la cama carcelera cuando el sol despereza su letargo sacudiendo las oscuras cortinas de la noche.
Nuevo día.
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