
Reniego, lápiz partido,
Todo cuanto deseé.
Y no soñé ser servido
De ir a donde nunca iré.
Paje embutido en harapos
Del triunfo que otros tuvieron,
Yo podré amar estos trapos
Por ser cuanto a mí me dieron.
Sabré, príncipe mendigo,
Coger, con la buena gente,
Entre el ondear del trigo
La amapola inteligente.
(Fernado Pessoa)

Pensando toda la noche, no en tí, quizás solo en mi cuando creía que era en los dos. No rompo el lápiz ni reniego de él, pues los trazos que dibuja es la vida que escogí, la que, sin darme cuenta, es verdad, empezaba en la pendiente cruel, que luego de decidir no tienes la ocasión de parar la cuesta ¿abajo?, no creo, quizás la que te toca, porque nadie te avisa de lo que el camino guarda y espera.
Pensando toda la noche, perdido entre la luz azulada de la luna entre montañas, quizás las que no me atrevo a saltar. Frontera entre dos mundos, me mantiene preso en uno del que no logro escapar más que pasando la noche en vela oteando pasos que me lleven de un lado a otro, aunque siempre amanezco en el mismo tiempo y lugar. Definitivamente preso.
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