Y atada a esa tu espera que me gasta
Y aquí sigo esperando, nada intento

Esperar que la noche te me acerque, ilusión que me mueve en la mañana, y volando como gansos en la tarde encontrarnos entre nubes en lo alto. Aterroriza pensar un día sin que espere como espero desde hace tantos años, pues la espera es motor que mueve el reloj de la vida enamorado.
Bendita espera que mantiene el sabor del primer beso apresurado, de la mano en el hombro temblorosa, y un botón que tenaz se me resiste. Necesaria espera que maestra, educa a la edad no envejecer, manteniendo en la espera la certeza del encuentro en el poyo de la valla del colegio, cuando ya tan solo existe en los sueños ese poyo y esa valla.
Desgraciado el que carece de la savia que es la espera de conseguir aun en sueños lo imposible. ¿Lo imposible? que sabreis de lo imposible, si la espera es eso, la certeza, pues sin ella no hay posible, no hay espera... nza, no existes.
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