
¡Tú, tú, tú, mi incesante
primavera profunda
mi río de verdor
agudo y aventura!
¡Tú, ventana a lo diáfano:
desenlace de aurora,
modelación del día:
mediodía en su rosa,
tranquilidad de lumbre:
siesta del horizonte,
lumbres en lucha y coro:
poniente contra noche,
constelación del campo,
fabulosa, precisa,
trémula hermosamente,
universal y mía!
¡Tú más aún: tú como
tú, sin palabras toda
singular, desnudez
única, tú, sola!
(Jorge Guillén)

Torbellinos que arrastran de pasión mi sueño.Tormentas y tempestades con los que me acerco a ti, dejándome llevar por el huracán de tu recuerdo hasta la linea que separa la madrugada del amanecer permaneciendo junto a tu imagen en la retina para siempre grabada.
Ni el mayor de los tifones se asemeja al latido que golpea mi pecho al presentir tu cercanía mientras volamos entre luceros y estrellas que apagan, vergonzosas, sus brillantes cristales atenuadas por el calor que desprenden nuestras presencias en el cosmos del profundo yo interior que nos presta el espacio donde estrecharnos la mano mientras susurro un por fin.
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