
Hice un voto: a Ti ya cuanto es tuyo
dedicaría el ser. ¿No ha sido así?
Aún hoy, con inquieto pulso, llamo
a los turbios espectros que en sus tumbas
acompañan mis horas. En fingidos lugares
donde aplico mi espíritu al amor o al estudio,
han contemplado conmigo la noche.
Saben que la alegría no ilumina mi rostro
si no es con la esperanza de que absuelvas
al mundo de su oscura esclavitud;
de que tú, Terrible Hermosura,
concedas cuanto el verso no logra proclamar.
(Shelley)

Esperando la hora indefinida en que emergiendo de la oscura muerte del profundo letargo, en lo alto los espíritus enlazándose la plata de los hilos, en reunión clandestina sin testigos con destellos luminosos del capricho. Nadie sabe, nada cuenta, solo nosotros, fugados del carnal encierro, disfrutando del encuentro, como cada noche, como cada sueño.
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