ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.

ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.
Casi sin pensarlo nos fuimos sentando, uno tras otro, en torno a la chasca que encendió el Cipri, y asi pasamos la noche, escuchando las historias que alguien, no se quien, cualquiera que fuese, narraba despacito, creando un entorno de magia y misterio del que no queríamos salir.

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO
LO IMPOSIBLE SOLO EXISTE EN TU VIDA

martes, 10 de noviembre de 2009

MADRE, MI MADRE.




No las grandes verdades yo te pregunto, que
No las contestarías; solamente investigo
Si, cuando me gestaste, fue la luna testigo,
Por los oscuros patios en flor, paseándose.

Y si, cuando en tu seno de fervores latinos
Yo escuchando dormía, un ronco mar sonoro
Te adormeció las noches, y miraste, en el oro
Del crepúsculo, hundirse los pájaros marinos.


Porque mi alma es toda fantástica, viajera,
Y la envuelve una nube de locura ligera
Cuando la luna nueva sube al cielo azulino.


Y gusta, si el mar abre sus fuertes pebeteros.
Arrullada en un claro cantar de marineros
Mirar las grandes aves que pasan sin destino.

Alfonsina Storni



En la fotografía dos de las mujeres que más he amado, que más amo, mi madre y mi hija pequeña. Una me ha dejado hace tan solo cuatro días, es la raiz, el tronco, el árbol del que salimos las ramas. La otra es el tierno brote en el que se eterniza la obra de esa maravillosa mujer que ya no está con nosotros.

Se marchó, casi en silencio, como se marchan las personas que no dejan nada atrás que les lastre en el camino. Se marchó y ahora recuerdo los momentos que pude haberla ido a ver y no fuí; los instantes en que entre la conversación podía haber intercalado un te quiero y no lo hice; la necesidad inagotable que sentía esta maravillosa mujer de ser abrazada, besada, querida, y las veces que desaproveché haberla dado más besos.

Ahora, que ella está donde el tiempo no corre, a mi me gustaría que retrocedieran las agujas del reloj, que volvieran de la basura las hojas de meses, de años pasados en los calendiarios, de volver a tenerla en mis brazos y decirla lo que la quería, lo que te quiero, madre. Solo me quedan los recuerdos, la esperanza de encontrarte algún día, cuando también yo me marche, y decirte entonces todo lo que no te dije lo suficiente cuando pude. Te quiero, madre, te quiero por como eras, por los sacrificios que hiciste por nosotros, por el amor que nos diste y el que nos inspiraste, por enseñarme que lo importante es decir lo que se siente cuando se siente, (aunque no siempre te hice caso en eso), por enseñarme a que llorar no solo es cosa de mujeres, por hacerme ver y sentir la vida que nos rodea, por empeñarte en que viera milagros hasta en las cosas más insignificantes y pequeñas, por querer los colores, por buscarlos, por enseñarme a no odiar y que amando se consigue más y mejor en cuanto a felicidad se trata. Que más importante es la persona que el dinero, los sentimientos a lo material, la verdad a la mentira aunque sea esta piadosa, a.....

Por tantas te quiero, por tantas cosas te estoy en deuda.
Dios, como te echo de menos, y cuanto, cuanto te quiero.