ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.

ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.
Casi sin pensarlo nos fuimos sentando, uno tras otro, en torno a la chasca que encendió el Cipri, y asi pasamos la noche, escuchando las historias que alguien, no se quien, cualquiera que fuese, narraba despacito, creando un entorno de magia y misterio del que no queríamos salir.

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO
LO IMPOSIBLE SOLO EXISTE EN TU VIDA

domingo, 13 de febrero de 2011

VIEJO TRONCO SOLIDARIO


En algún lugar, en algún camino hacia alguna antigua estación hay grabado en la piel de un árbol un corazón con dos nombres, el tuyo y el mío.

Al igual que cuando lo hicimos con la punta de una navaja, supongo, o quizás de alguna llave, no recuerdo, nacido de una tarde en la que el atardecer, por la magia de los sentimientos, convirtiose en amanecer de lo que años pasados continua presente, ha ido transformándose al tiempo que el tronco, como la vida, fue creciendo dejando el hueco de los magos unidos en su interior.

Brecha en la madera de un intercambio de sueños, de ilusiones, ¿Donde estarás, viejo testigo nuestro, en que carretera de estación transformada por la extensión del ladrillo y la azotea, de manera que ya no te encuentro cuando busco y me pierdo en el nuevo laberinto de casas y calles, antes campos arados y lejanos por donde andábamos escondidos de maliciosas miradas entre visillos de ventanas?

Seguramente des ahora sombra en alguna calle que invadió tu espacio, y en estos años, empujados por nuestra marca, nuevas ilusiones se plasmaran en tu apergaminado tronco y que quizás alguien lea, curioso por desentrañar viejos amores de los que quedan los recuerdos y las señales con que tatuamos tu cuerpo, eligiéndote testigo serio y formal de nuestras promesas y sueños.


Quizás también ahora, hoy, algún chico metiendo su mano en el bolsillo sacara la herramienta necesaria para sellar su compromiso entre tus arrugas y nudos. Viejo notario de amores, si hablaras, si moviendo como brazos tus ramas pudieras señalar las promesas incumplidas, los amores que bajo tu abrazo se besaron después de escribir en tu libro abierto a todos. Te recuerdo, viejo árbol, morera que con su sabia derramada por la herida abierta de esperanzas grabadas, te convertiste en mudo cómplice del secreto, en silencioso testigo solitario en el camino de la estación donde paró nuestro tren cargado de aventureros dedos temblorosos que ansiaban descubrir caminos nuevos en el amanecer de nuestras entonces jóvenes vidas.

Viejo tronco solidario, guardian insobornable de secretos, mis saludos, mis recuerdos.