ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.

ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.
Casi sin pensarlo nos fuimos sentando, uno tras otro, en torno a la chasca que encendió el Cipri, y asi pasamos la noche, escuchando las historias que alguien, no se quien, cualquiera que fuese, narraba despacito, creando un entorno de magia y misterio del que no queríamos salir.

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO
LO IMPOSIBLE SOLO EXISTE EN TU VIDA

sábado, 29 de noviembre de 2008

LA DISTANCIA NO SIEMPRE ES EL OLVIDO



Nunca mas oíste tú
hablar de mí
en cambio yo seguí
pensando en ti
en toda esta nostalgia
que quedó
tanto tiempo ya pasó
y nunca te olvidé
Cuántas veces
yo pensé volver
y decirte de mi amor
nada cambió
pero mi silencio
fue mayor
y en la distancia
muero día a día
sin saberlo tú
El resto de ese
nuestro amor quedó
muy lejos olvidado para ti
viviendo en el pasado
aún estoy
aunque todo ya cambió
sé que no te olvidaré
Cuántas veces
yo pensé volver
y decirte de mi amor
nada cambió
pero mi silencio
fue mayor
y en la distancia
muero día a día
sin saberlo tú

pensé dejar de amarte
de una vez
fue algo tan difícil
para mí
si alguna vez mi amor
piensas en mí
ten presente al recordar
que nunca te olvidé
Cuántas veces
yo pensé volver
y decirte de mi amor
nada cambió
pero mi silencio
fue mayor
y en la distancia
muero día a día
sin saberlo tú
cuántas veces
yo pensé volver
y decirte de mi amor
nada cambió
pero mi silencio
fue mayor
y en la distancia
muero día a día
sin saberlo tú

(Roberto Carlos)

...UN DEDO DESDE LOS LABIOS MANDABA EL ULTIMO BESO...



En los jardines otoñales,
bajo palmeras virginales,
miré pasar muda y esquiva
la Pensativa.

La vi en azul de la mañana,
Con su mirada tan lejana;
Que en el misterio se perdía
De la borrosa celestía.

La vi en rosados barandales
Donde lucía sus briales;
Y su faz bella vespertina
Era un pesar en la neblina...

Luego marchaba silenciosa
A la penumbra candorosa;
Y un triste orgullo la encendía,
¿Qué pensaría?

¡Oh su semblante nacarado
Con la inocencia y el pecado!
¡oh, sus miradas peregrinas
de las llanuras mortecinas!

Era beldad hechizadora;
Era el dolor que nunca llora;
¿Sin la virtud y la ironía
Qué sentiría?

En la serena madrugada,
La vi volver apesarada,
Rumbo al poniente, muda, esquiva
¡La Pensativa!


(Jose Maria Eguren)






No hay niebla posible que borre de mi recuerdo el andar que te encaminaba hacia mi, en el atardecer del día, allí donde la luz de la farola apenas llegaba a perfilar la silueta de nuestros cuerpos unidos en un tierno e inexperto abrazo apoyados en la valla de mis sueños.

No existe niebla capaz de borrar las lineas de la puerta al cerrarla tu, mientras desde lejos te veía entrar en la casa al mismo tiempo que un dedo desde los labios mandaba el último beso furtivo, temeroso de las miradas ocultas tras los visillos de grandes ventanales, al que yo esperaba como preciado tesoro enviado por tí.

Ni la niebla del tiempo oculta mis recuerdos, mientras la mirada risueña que me devuelve el cristal de la mesa afirma que la suerte es que la luz no se apague en mi cabeza, entre nieblas y oscuros presagios.

martes, 25 de noviembre de 2008

...OBSERVA CON SUS GRANDES OJOS LAS MANOS ENTRELAZADAS...



He pasado toda la noche sin dormir, viendo,
sin espacio tu figura.
Y viéndola siempre de maneras diferentes
de como ella me parece.
Hago pensamientos con el recuerdo de lo que
es ella cuando me habla,
y en cada pensamiento cambia ella de acuerdo
con su semejanza.
Amar es pensar.
Y yo casi me olvido de sentir sólo pensando en ella.
No sé bien lo que quiero, incluso de ella, y no
pienso más que en ella.
Tengo una gran distracción animada.
Cuando deseo encontrarla
casi prefiero no encontrarla,
Para no tener que dejarla luego.
No sé bien lo que quiero, ni quiero saber lo que
quiero. Quiero tan solo
Pensar en ella.
Nada le pido a nadie, ni a ella, sino pensar.

(Fernando Pessoa)


Y asi pasa el tiempo, mientras en la silla nadie se sienta salvo cuando yo la veo en mis sueños, aun despierto. Pero no solamente en la silla mantenemos conversaciones en las que su espiritu, encarnamiento etereo en mi pensamiento, acompaña al rocío en la mañana después del duerme vela en la que su figura resalta entre las las flores que el otoño roba a la primavera y guarda para resaltar más los colores en sus doradas tardes, reflejo de su cabello al caer asomándose al bello tapizado de hojas muertas en el frío y duro suelo de noviembre.

Ella, la que conduce mis sentidos hacia nuevas experiencias, en las que la tierna capa del musgo abraza tiernamente al roble, mientras el buho, curioso, observa con sus grandes ojos las manos entrelazadas con las que intentamos detener la fuerza de los granos de arena atraidos por la gravedad al encuentro con sus hermanos, y entre todos deshaciendo el sueño eterno de mi vida.

domingo, 9 de noviembre de 2008

TE ENTREGO LOS DIAMANTES QUE FORMAN LAS NUBES EN EL CIELO...



Si pudiera yo darte
La luz que no se ve
En un azul profundo
De peces. Si pudiera
Darte una manzana
Sin el edén perdido,
Un girasol sin pétalos
Ni brújula de luz
que se elevara, ebrio,
al cielo de la tarde;
y esta pagina en blanco
que pudieras leer
como se lee el más claro
jeroglífico. Si
pudiera darte, como
se canta en bellos versos,
unas alas sin pájaro,
siempre un vuelo sin alas,
mi escritura sería,
quizá como el diamante,
piedra de luz sin llama,
paraíso perpetuo.

(Giovanni Quessep)





Tal vez ya lo entiendas y estas palabras no hicieran falta. Quizás ni tan siquiera leas algún día estás letras encadenadas una tras otra mostrando tan dentro de mi que a veces me sonrojo al pensar lo desnudo que me quedo ante todos, pero me es igual, porque llevo años dándote lo que nadie quiere, lo que nadie aprecia, la sencillez hermosa de una pequeña flor azul que se cruza en mi camino, la sonrisa que le mando al que en la mañana encuentro poniendo un café que casi siempre dejo a la mitad, el gracias por nada y por todo que a menudo sale de mis labios presionados por el corazón. La alegría de ver brotar nuevos capullos entre el cesped del parque de pequeñas margaritas que saludan a la ciudad agotada. El admirable desfile de la procesionaria entre los pinos del jardín, marciales orugas exploradoras entre hojas de pino secas. Te entrego los diamantes que forman las nubes en el cielo cunado aparecen ocultando al tímido sol de otoño, la sombra de la estatua reflejando la decadencia de un rey, no importa el nombre, en el centro de la Plaza, y mis manos entre las tuyas como regalo mutuo de comprensión. Quizás por eso mi escritura no es piedra de luz, no es gema, no es diamante, es tan solo reflejo de mi, de la entrega, la pasión por tí, por lo que eres, por lo que encierras. Quizás tan solo sea mi escritura algo tan efímero como la vida de la mariposa, sin llegar ni de lejos a su belleza, pero si tan intensa que disfruta en su ignorancia por la proximidad de la parca de todos y cada uno de los colores con que la naturaleza premia, y se conforma, sin oro, sin perlas, sin gemas. Tan solo espacio para vivir y colores para posarse. Tu eres mi espacio, tu mi color, tu eres mi gema.

martes, 4 de noviembre de 2008

Ser un día tu Pierrot...




Pececito esquivo,
caballito que monto,
delicia que no nombro,
y quiero, quiero, quiero.

Cuando te beso, acierto;
cuando te toco, creo;
si te acaricio mido
mi infinito deseo.

Mas te prolongas lejos;
eres más, eres lo otro,
lo que nunca apreso
aunque te toco y beso.

Siempre un poco esquiva,
siempre resbalada,
tú, que nunca entiendo,
y quiero, quiero, quiero.

(Gabriel Celaya)





Ser un día tu Pierrot que, de manera diferente, disfrazado entre los campos de tu yo por descubrir algo nuevo en tu mirada mientras la caricia de tu risa acompaña mis patosos gestos de payaso. Bucear en el abismo de tí misma buscando el grial de tu existencia; nadar en tus mares tormentosos dejándome acercar por la marea, y sentir como mías tus palabras acunando tus deseos con mis actos.

Sentarme a contemplarte en tu trabajo, y sentir como reflejas la ilusion que me acompaña. Esperar una palabra y si no viene alcanzarla con la mía enamorada. Estrechar entre mis brazos tu presencia aunque aun no hayas llegado, y llegar hasta el otoño plateado aún creyendo que casi hoy, ahora, comenzó la primavera. Asi pasó el tiempo, amor, asi pasó, sin apenas darnos cuenta.

lunes, 3 de noviembre de 2008

PEQUEÑO VALS VIENÉS

Leonard Cohen "Take This Waltz"


En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.

Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.

Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.

En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados,
hay frescas guirnaldas de llanto.

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.

Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.

¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals del "Te quiero siempre".

En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orillas tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.

(Federico García Lorca)

...HASTA DONDE SEA QUE ME CONDUZCA EL CAMINO...




Caminante, son tus huellas

el camino y nada más;

Caminante, no hay camino,

se hace camino al andar.

Al andar se hace el camino,

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino

sino estelas en la mar.



(Antonio Machado)








Cuando miro alrededor y la espinosa alambrada me impide el siguiente paso cerrándome la senda, al levantar la mirada del suelo siempre veo la luz que anuncia la puerta a seguir, guiándome para impedir que el alambre atenace mis pies obligándome a ser prisionero de ideas preconcebidas y buenas costumbres morales.


Quizás mañana otra verja, no de alambre si de hierros, trate de impedir que llegue hasta donde sea que me conduzca el camino, pero la certeza de que mis pies descalzos continuarán andando en dirección prohibida recogiendo el placer del descubrir un nuevo olor en la hierba o el tacto distinto de la tierra seca, rechazando los insultos o consejos de algun otro caminante, me abrirá alguna puerta por la que continuar hacia esa meta que aun ahora desconozco donde acaba y que habrá en ella. Pero eso es parte del juego, es parte de mi vida, soy yo mismo, el cada día asombrarme por algo nuevo, algo que ayer no ví y que hoy posiblemente ignore que existe, pero que mañana, o pasado, que más da si continuo andando, atraerá mi mirada y gozaré de su existencia en mi camino.