ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.

ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.
Casi sin pensarlo nos fuimos sentando, uno tras otro, en torno a la chasca que encendió el Cipri, y asi pasamos la noche, escuchando las historias que alguien, no se quien, cualquiera que fuese, narraba despacito, creando un entorno de magia y misterio del que no queríamos salir.

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO
LO IMPOSIBLE SOLO EXISTE EN TU VIDA

domingo, 31 de julio de 2016

ANTES QUE VACIAR MI VIDA




Todavía quedan restos de humedad, 
sus olores llenan ya mi soledad, 
en la cama su silueta 
se dibuja cual promesa 
de llenar el breve espacio 
en que no está... 
Todavía yo no sé si volverá, 
nadie sabe, al día siguiente, lo que hará. 
rompe todos mis esquemas, 
no confiesa ni una pena, 
no me pide nada a cambio 
de lo que dá. 
Suele ser violenta y tierna, 
no habla de uniones eternas, 
mas se entrega cual si hubiera 
sólo un día para amar. 
No comparte una reunión, 
mas le gusta la canción 
que comprometa su pensar. 
todavía no pregunté «¿te quedarás?». 
temo mucho a la respuesta de un «jamás». 
la prefiero compartida 
antes que vaciar mi vida, 
no es perfecta 
mas se acerca a lo que yo 
simplemente soñé...

(El breve espacio en que no estas. Pablo Milanés)






Llegó cuando más la necesitaba, cuando después de esperarla más de medio siglo, de buscarla donde quiera que fuera, donde fuera que estuviese, apareció, como un sueño, cuando explorador agotado por años de tratar de encontrarla ya desesperaba de hacerlo. Ahí la vi, mi angel, el destino de mi vida, el motor para reanudar mi marcha estancada, y estaba frente a mi, sonriente, hermosa. La encontré.

Ingrato y tonto caminante sediento que dejé que el agua salvadora escapara de mis manos cuando ya la tenía, cuando la necesidad de beberla era más urgente, cuando la vida ya había perdido sentido y dependía de ese preciado y fresco líquido para sobrevivir.


La flor más bella del mundo, la más radiante, la que me entregaba toda su fragancia, sus colores que transformaban el día en un carrusell de felicidad, en un torbellino en el que me perdía, alegre y contento por su presencia. Y no la cuidé, no la traté como ella merecía, no como amante agradecido, no; egoista en mi persona no correspondí a su preocupación por mi, a sus atenciones, a su manera divertida de quererme, a su entrega. Y la flor más bella del mundo se fue secando, marchitando mientras mi abultado ego, ciego, ignoraba sus lamentos, sus toques de atención, sus alarmas.


Y ahora, cuando "todavía no se si volverá"  y se que "la prefiero compartida antes que vaciar mi vida", que por ella muero, ella, generosa, me tiende su mano y la escucho, seamos amigos, seamos buenos amigos.


La encontré tras muchos años de buscarla, pero oscuro y ciego no supe evitar que su risa se apagara, que su alegría contagiosa se transformara en lo contrario. Ahora intento ser su amigo, estar a su altura, hacer lo que no hice cuando tenía el agua entre mis manos, hacerla reir, quizás hacerla soñar un día con mis sueños, de lo contrario, dejarla volar, dejarla soñar por libre, animándola a ello, comprensivo y atento como buen amigo, olvidando, por lo menos no hablando, de lo que tuve y perdí. Ser para ella una mano extendida, un hombro si lo necesita, un amigo fiel, leal, porque para mi, ella siempre será lo que busqué durante años y por fin encontré y deje perder. Ella me dió todo, yo no di nada. Pero está dentro de mi y la quiero. Dios como la quiero.

lunes, 25 de julio de 2016

SUCINTAMENTE, ASI ES ELLA




Clara y directa, como el cristalino agua que por el regato transcurre bañando las rocas y guijarros, sorteándolos, sumergiéndolos a veces mientras las pintonas truchas, expectantes, hambrientas, se mecen entre  los surcos sinuosos de la constante corriente esperando la anhelada larva o el despistado insecto que inconsciente se posa sobre el alga que flota a la deriva.

Brillante, como la noche despejada sembrada de estrellas que desde lo alto vela nuestro reposo mientras una atenuada luz celeste dibuja nuestras formas bajo las sábanas, alentando los sueños que al día siguiente daremos vida con la esperanza de verlos cumplidos.

Preciosa, como ese firmamento limpio de nubes, radiante su azul iluminado por un sol que alegre abrazó a su bella luna, despidiéndose de ella hasta que el impresionista atardecer les reúna de nuevo en ese poderoso encuentro entre los dos eternos amantes, justo cuando los colores se vuelven tan vivos como los de los ojos de ella realzando su hermoso rostro mientras una risa brota de su adorada garganta, resonando como el trino del saltarín verderón, feliz ante el espectacular momento de ese encarnado ocaso del astro rey deseando buenas noches a su reina.

Culta, inteligente y atractiva, como Hipatia de Alejandría. Desafiante, como el malecón del puerto en el que se posan las blanquigrises gaviotas frente a las bravías olas que intentan repetidamente romperlo sin conseguirlo, o como el estremecedor aullido del astuto lobo mientras intenta romper el silencio del valle entre montañas, amplificado por el eco y logrando solo atemorizar a la aterrida moza que se tapa la cara con la manta lanosa que la arropa.

Asi es mi amor, mi preciada Edelweiss, firme sobre la cima e inalcanzable para la mayoría. Así es ella, mi Diosa, mi Religión, mi Vida, Sucintamente, asi es ella.

domingo, 24 de julio de 2016

LA LINDA DUEÑA DE MIS SUEÑOS



La linda dueña de mis sueños, de mis ilusiones, que larga es la noche mirando al antaño hermoso cielo buscando la luz de tu sonrisa, esa que iluminaba mi vida y me confiaba a tu lado mientras te amaba, abrazando tu hermosura mientras mis labios recorrían tu cuerpo, sedientos de ti, de tu amor, de tu entrega, de mi entrega.

Tristes y oscuros nubarrones ocultan el brillante y precioso azabache de tus ojos, espesa cortina tejida por mi. ¿Donde tu risa, esa que me sacudía el alma en una alegría transformadora como los bellos  rojos del amanecer venciendo las siniestras sombras de la triste noche convirtiéndome en el hombre más feliz del universo entero? ¿Donde tu voz cariñosa, complaciente, que me elevaba hasta olímpos insospechados y solo habitados por dioses? ¿Donde tu maravillosa presencia que aún en tu ausencia me acompañaba por campos floridos de radiante dicha en los que sentía un amor intenso por tu existencia?

Ya no están. Me encuentro en la temible soledad del desamor, varado entre hirientes rocas desoladas por anhelos y esperanzas rotas por mi ceguera, por no ser capaz de ver que la más preciada flor se marchitaba, que tu alegría natural se apagaba a mi lado, que la luz languidecía. Y así me encuentro, rodeado de recuerdos, de tu recuerdo, intentando recoger los pedazos de mi alma, huérfana de lo que más amaba, de lo único que amo, de tí, mi hermoso laurel de eterna primavera.

¿Merece la pena sin tí? ¿Merecen la pena los días sin sol? ¿Merece la pena una vida sin tu presencia? Es lo que tengo, cadena perpetua en soledad, conviviendo con el enorme tormento de tu ausencia.

Cumpliré mi pena, mi condena, hasta el último día en el que el consuelo del redentor descanso me cierre los ojos y quizás, quizás entonces pueda olvidar que una vez lo tuve todo para ser feliz e, infortunado e inconsciente jardinero, lo dejé perder.

jueves, 14 de julio de 2016

SIN DEFENSAS



La negra tormenta avanzó. Gotas frías directas al corazón desnudo, descubierto en confianza, abierto y sin defensas por la más completa confianza hacia quien le había conquistado sin ningún tipo de prevención. El corazón solo, frente a la oscura masa que le cercaba, firme, seguro en ella, seguro de ella. Su vida, sus latidos, todo él entregado sin reserva alguna a quien suponía incapaz de hacerle ningún tipo de daño, menos aún esa certera puñalada que le atravesó empujada por el cruel vendaval del que ni supo ni quiso protegerse si lo vió venir. Ella no, de ella nunca esperó daño alguno, cuando menos esa penetración brutal en sus entrañas que le destrozó, que le reventó dejándolo sin capacidad de reacción alguna.

Solo dolor, dolor intenso, terrible, con ganas de pararse, de abandonar todo, de dejarse llevar por el sufrimiento tan bestial que sentía y marcharse de una vez, dejar ya al guionista que siguiera su trama como quisiera pero sin contar con él, abandonar ese horrible guión que le había tocado en el reparto y descansar, descansar de una vez.

¿Para que quieres la vida si solo la querías por ella, si solo luchabas por ella? Si solo por ella te enfrentabas a lo que fuera. Si solo ella importaba, si solo ella existía.

Tanto sufrimiento aguantado era solo la avanzadilla del que quedaba por venir, del que ya ha llegado. El anuncio de ese frío e intenso dolor que me paraliza el alma, que me imposibilita la menor defensa ante él si quisiera defenderme, porque no quiero, quiero que la ola inmensa que ha barrido mi esperanza, mis ilusiones, se me lleve también al fondo de ese océano gélido, crudo, donde esa extensa soledad abrace mi alma, mi ser, y me deje quieto, parado, detenido para la eternidad, sin ver a nadie, sin hablar con nadie, sin comunicarme con nadie. ¿Para que alguien? Si ella, la dueña de mi confianza, la diosa de mi vida, la fuente de la que emanaba la fuerza de la que bebía, ha provocado este tsunami que barrió el sentido de mi existencia, ¿como hablar, ver, estar, con otras personas?
Que reposen mis restos destrozados y dispersos para siempre en ese mar de dolor y sufrimiento, de soledad, de tormento.

Una respuesta, una esperada respuesta era lo que aguardaba. Nunca imaginé que vendría en forma de potente mazazo. De ella no, de ella nunca. Y todo mi ser, todo yo, saltó fragmentado, explotó dentro de mi como la más inesperada y exterminadora bomba dejándome completamente roto, destrozado. Solo sujeto a este inhóspito escenario por la envoltura carnal que desgraciadamente se resiste a seguir  los pasos de mi espíritu machacado.

Triste destino sin ella, negra existencia sin ilusión, sin esperanza, sin fé. Como dice el refrán, hasta que el cuerpo aguante. Quiera Dios, si es que existe, que sea poco, porque pese a todo, la quiero.

miércoles, 6 de julio de 2016

LOS MILAGROS SE REPITEN A VECES, Y LA LA ESPERANZA VIVE ESPERANDO



Te espero cuando la noche se haga día,
suspiros de esperanzas ya perdidas.
No creo que vengas, lo sé,
sé que no vendrás.
Sé que la distancia te hiere,
sé que las noches son más frías,
Sé que ya no estás.
Creo saber todo de ti.
Sé que el día de pronto se te hace noche:
sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices,
sé que soy un idiota al esperarte,
Pues sé que no vendrás.
Te espero cuando miremos al cielo de noche:
tu allá, yo aquí, añorando aquellos días
en los que un beso marcó la despedida,
Quizás por el resto de nuestras vidas.
Es triste hablar así.
Cuando el día se me hace de noche,
Y la Luna oculta ese sol tan radiante.
Me siento sólo, lo sé,
nunca supe de nada tanto en mi vida,
solo sé que me encuentro muy sólo,
y que no estoy allí.
Mis disculpas por sentir así,
nunca mi intención ha sido ofenderte.
Nunca soñé con quererte,
ni con sentirme así.
Mi aire se acaba como agua en el desierto.
Mi vida se acorta pues no te llevo dentro.
Mi esperanza de vivir eres tu,
y no estoy allí.
¿Por qué no estoy allí?, te preguntarás,
¿Por qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti?
Porque el mundo que llevo aquí no me permite estar allí.
Porque todas las noches me torturo pensando en ti.
¿Por qué no solo me olvido de ti?
¿Por qué no vivo solo así?
¿Por qué no solo....

(Mario Benedetti)




Se que eres tu, la que se hace hueco en mi mente, la que vive en mi sangre, la que poco a poco hizo que este corazón, tocado ya por desastres de años de no conocerte, de no encontrarte, de la certeza de  que en algún lado tu risa alegraba, aún viviendo todavía sin la luz que desprendes, la existencia de otros, que quizás no te buscaban con la pasión, con la necesidad con la que cada respiración me sacudía llenándome de angustia porque se pasaba la vida y no te hallaba por más que mi insistente anhelo me acuciaba y me exigía tu encuentro.

Se que eres tu mi Dorado, la parte que me faltaba del alma, que me tenía sin fuerzas, porque conocí la multiplicación de la fuerza, de los colores, de los sabores, de los olores, de la vida al verte, al escucharte, al acariciar tu pelo, al notar tu respiración junto a la mía. Al sentir que aunque no estuvieras esa noche, mi cuerpo, inconscientemente dormido dejaba tu sitio libre para el tuyo mientras mi brazo se estiraba para, en tierna captura, reposar apoyado en tu cintura mientras mis pensamientos, libres por fin, se adentraban en caminos celestiales, entre estrellas de las que me reía ante su inutilidad al querer competir con el brillo de tus ojos, alegres, vivos, que rellenaban esa inquietud que desapareció al saber que estabas allí porque querías, sin presiones, sin ataduras que después no supe evitar.

Por eso ahora se que es difícil que ese hueco entre mis sábanas se vea ocupado, que no vendrás, que la fortaleza que me dabas, la seguridad de ser completo, se va diluyendo con los días, que las noches son más frías, los días más crueles, y que la distancia cada vez es mayor. Aún asi, cada noche, en sueños, salgo a buscarte, intentando que tus labios se encuentren los míos, que mi brazo repose encima tuyo y acabar con la burla de las estrellas al no estar tu anulando su estúpida luz, que me recuerda cada momento, al mirar hacia el firmamento, que tu no estás, que esa débil luz no es tuya, que no estoy completo, que me falta el aire, que solo cuando en el duerme vela veo en mi mente tu silueta, brillante, alegre, noto aún que vives en cada centímetro de mi cuerpo, en mi pensamiento, en cada una de mis acciones, en cada gota de lluvia que disfruto, en cada risa que escucho, en cada instante. y eso me empuja cada día a levantarme, preguntándome, ¿será hoy? y espero, como solo esperan los enamorados, con esa bendita locura de creer que un día, puede ser mañana, pasado, al otro, no se, pero.....los milagros se repiten a veces, y esa, esa es mi única esperanza.