ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.

ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.
Casi sin pensarlo nos fuimos sentando, uno tras otro, en torno a la chasca que encendió el Cipri, y asi pasamos la noche, escuchando las historias que alguien, no se quien, cualquiera que fuese, narraba despacito, creando un entorno de magia y misterio del que no queríamos salir.

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO
LO IMPOSIBLE SOLO EXISTE EN TU VIDA

lunes, 15 de diciembre de 2008

...O EN EL CAER DE UN RAYO Y EN EL SONAR DEL TRUENO...O EN EL IMPOSIBLE AZUL DE UNA ROSA


Y se muy bien que no estarás.
No estarás en la calle
en el murmullo que brota de la noche
de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia los completos en los subtes
ni en los libros prestados,
ni en el hasta mañana.
No estarás en mis sueños,
en el destino original de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás,
o en el color de un par de guantes
o una blusa.
Me enojaré
amor mío
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás
y diré las cosas que sé decir
y comeré las cosas que sé comer
y soñaré los sueños que se sueñan.
Y se muy bien que no estarás
ni aquí dentro de la cárcel donde te retengo,
ni allí afuera
en ese río de calles y de puentes.
No estarás para nada,
no serás mi recuerdo
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente trata de acordarse de ti.

(Julio Cortazar)


Y se muy bien que siempre estarás, en cada paso, en la esencia íntima de mis temores y pasiones, en cada beso, en cada abrazo, en cada compañera. Se muy bien que nunca cerraré los ojos al pasar la noche sin un "hasta mañana", aunque quizás sea esa noche la que nos reencontremos en mis sueños. Se que estarás bajo el color del otoño, o bajo el olor a lluvia que anticipa su llegada, o en el caer de un rayo y en el sonar del trueno. En el verde del campo y el rojo de la amapola o en el imposible azul de una rosa. Se que estarás en cada paso del camino de la vieja estación, donde un tronco recuerda nuestros nombres en su corteza. Se que estarás en cada risa que escuche y en cada mirada que sorprenda furtiva. En cada cabina telefónica, y en el cartero que ya hace tiempo que no viene.

Se que estarás presente en cada momento de mi vida, y se también, que si algún día de mi mente se borraran los recuerdos, el tuyo será ya el único que no abandonará mi consciencia, el que me acompañará hasta donde sea que vayamos cuando la parca toque en mi hombro avisando del momento. Se que contigo en mi memoria, ya somos suficientes. Se que nunca estaré solo, mientras me quede el recuerdo, el sueño y tu sonrisa grabada en mi interior. Tengo suerte, mucha suerte.

viernes, 12 de diciembre de 2008

...TIEMPOS, RECUERDO, DE AMOR Y DE CARRERAS...

Eran tiempos en los que al mismo tiempo que despertábamos a un sueño de amor adolescente nos sacudíamos de una pesadilla gris que se apoderó de todos durante cuarenta años. Eran tiempos, recuerdo, de amor y de carreras, de corazón preso en tus besos y los gritos de amnistía por las calles de Málaga. Eran tiempos duros, tiempos de estudiante emigrante y tiempo de rebelión, de grises y de protestas, mientras tu, esperando en esa valla del colegio que volviera de no sabías donde. Nunca te dije nada, siempre separando policías y civiles de tu mano amorosa y del olor a pureza que despertaba como la ninfa de la mariposa presta a volar.
Eran tiempos en los que todos queríamos volar. Algunos, compañeros de colegio, no pudieron. Recibieron el fruto de la caida de algún "torpe" asesino vestido de verde y con tres cuernos en la testa. A ellos mi homenaje, a ti, mi recuerdo y mis excusas por compartirte con esas ganas de volar.

QUÉ SABRÁ NADIE...



Camina bella, como la noche
De climas despejados y de cielos estrellados,
Y todo lo mejor de la oscuridad y de la luz
Resplandece en su aspecto y en sus ojos,
Enriquecida así por esa tierna luz
Que el cielo niega al vulgar día.
Una sombra de más, un rayo de menos,
Hubieran mermado la gracia inefable
Que se agita en cada trenza suya de negro brillo,
O ilumina suavemente su rostro,
Donde dulces pensamientos expresan
Cuán pura, cuán adorable es su morada.
Y en esa mejilla, y sobre esa frente,
Son tan suaves, tan tranquilas, y a la vez elocuentes,
Las sonrisas que vencen, los matices que iluminan
Y hablan de días vividos con felicidad.
Una mente en paz con todo,
¡Un corazón con inocente amor!

(Lord Byron)




Como sales de las penumbras de mi mente y te vas acercando a la luz de mis recuerdos, hacia un presente pleno de sensaciones antiguas, de asignaturas pendientes. Y como deseo esos instantes en los que los rayos de la inconsciencia alumbran la noche oscura del sueño abandonándome a tu encuentro.

Que placer despertar entre tus brazos ausentes y saber que allí estabas aun solo presente en espíritu inquieto que duermevela entre el sopor del amanecer contigo y el molesto despertar ruidoso del reloj, cruel notario de realidad.....qué sabra nadie de mi realidad, de nuestras citas suspendidos en el eter de los sueños, allí, cuando regresamos al momento en que solo la reja de forja era testigo de nuestro abrazo primerizo. Qué sabrá nadie...

jueves, 11 de diciembre de 2008

Por vosotros, mis amigos que ya no estais en la calle cuando salgo.

He tenido algún buen amigo que también "se bebió de golpe todas las estrellas..." y que era como el Callejero de Alberto Cortez. Despertaban en las personas que los conocían los mismos sentimientos. No eran egoistas, siempre estaban ahí, para lo que fuera, eran AMIGOS.

En el fondo siento un poco de envidia por no poder ser como ellos, actuar como ellos. Ya quisiera que alguna vez, cuando me toque hacer las maletas y marchar me recordaran como yo les recuerdo a ellos.

Allí donde esteis, os quiero.


MIRANDO UN INSTANTE DE MI PASADO QUE ME FACILITÓ UNA AMIGA






Este es el tiempo en que la voz de la adoración,

que es divina para el oído, me levanta

como con la trompeta de un ángel; y accediendo

y mezclándome con el coro, casi creo ver

la muchedumbre celestial que cantó el himno

de la paz sobre los campos de Belén.

Pero tú eres más luminoso que el resplandor de los ángeles

que anunciaron tu nacimiento; tú, varón de dolores,

¡despreciado Galileo! Porque lo Grande

e invisible (que sólo percibimos por símbolos)

con extraña e insuperable luz

brilla desde el rostro del justo y oprimido

cuando, sin cuidar de sí, el santo flagelado

compadece al opresor. ¡Hermosa la miel

del viernes, el bosque, el mar, el sol, las estrellas,

huellas de su Señor Creador!




Poema sin orden, escrito en la Navidad de 1794

(Samuel Taylor Coleridge)





Durante muchos años después estuve enviando christmas navideños por estas fechas. Durante muchos años. Hoy contemplo la puerta cerrada del número 52 que me envió una amiga a la que pedí que me facilitara un instante de mi pasado, y espero, tranquilamente, que algún día, al igual que mis felicitaciones navideñas pasaban por debajo de aquella cancela, pases tu al interior de esta Taberna del Mono Rojo, y sentada junto al fuego amigo de la entrada, al levantar tu mirada te encuentres con esta felicitación.


Hoy, cuando tan solo quedan trece días para Nochebuena, el recurso de mirar como los Magos Reyes de la imagen el punto de luz que señala la Estrella es algo bueno. En mi caso, sabes bien cual es mi luz, y como ellos observo y miro, mientras sentado me caliento en la chasca de esta Taberna que posiblemente abriera el Cipri para ti y para mi; para todos aquellos que ven como el futuro se sostiene sobre las bases de un pasado pleno de amor y colores, los mismo que hoy descubro al recordar cuando hace años un pequeño sobre transportaba mi ilusión impresa en una cartulina dibujada con olores navideños hasta el 52 de una calle. Tu calle.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

AUN LO RECUERDO, Y TIEMBLO.




Yo ya me despedía.... y palpitante
cerca mi labio de tus labios rojos,
«Hasta mañana», susurraste;
yo te miré a los ojos un instante
y tú cerraste sin pensar los ojos
y te di el primer beso: alcé la frente
iluminado por mi dicha cierta.
Salí a la calle alborozadamente
mientras tu te asomabas a la puerta
mirándome encendida y sonriente.
Volví la cara en dulce arrobamiento,
y sin dejarte de mirar siquiera,
salté a un tranvía en raudo movimiento;
y me quedé mirándote un momento
y sonriendo con el alma entera,
y aún más te sonreí...Y en el tranvía
a un ansioso, sarcástico y curioso,
que nos miró a los dos con ironía,
le dije poniéndome dichoso:
-«Perdóneme, Señor esta alegría.»


(Amado Nervo)


Aun lo recuerdo y tiemblo, cuando casi brusco y asustado robé ¿o robaste? con la virginidad de mis labios a la virginidad de tus labios un beso, el primero. Por fin un beso, tímido, casi un roce, una caricia. Con el tiempo fueron más largos y apasionados, mientras mis manos subían e intentaban cercar tus incipientes pechos y unos codos, severos guardianes, cerraban filas en torno a tu cuerpo imposibilitando el avance de mis tercos dedos mientras un calor extraño, una fiebre, invadía de nuevo, y como siempre contigo, mi cuerpo.

Pero la tarde primera en que nuestros labios rozaron la pareja boca, hasta el cielo abrió sus nubes para vernos, inexpertos, principiantes, jurarnos amor eterno. Aun lo recuerdo, aun lo recuerdo y ...tiemblo.