ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.

ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.
Casi sin pensarlo nos fuimos sentando, uno tras otro, en torno a la chasca que encendió el Cipri, y asi pasamos la noche, escuchando las historias que alguien, no se quien, cualquiera que fuese, narraba despacito, creando un entorno de magia y misterio del que no queríamos salir.

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO
LO IMPOSIBLE SOLO EXISTE EN TU VIDA

viernes, 30 de noviembre de 2012

QUE LARGA ESPERA, MI DAMA



Veo mejor si cierro más los ojos
Que el día entero ven lo indiferente;
Pero al dormir, soñando te contemplan
Y brillantes se guían en lo oscuro.

Tú, cuya sombra lo sombrío aclara,
Si ante quienes no ven tu sombra brilla,
¡Qué luz diera la forma de tu sombra
Al claro día por tu luz más claro!

¡Ay, qué felicidad para mis ojos
Si te miraran en el día vivo,
Ya que en la noche muerta, miro, ciego,
De tu hermosura la imperfecta sombra!

Los días noches son, si no te veo,
Y cuando sueño en ti, días las noches.

(William Shakespeare)




Cuantas veces mis pasos entre las hojas caidas del otoño me llevaban el pensamiento hacia ti, mirando el teléfono callado por el que asomaba una fotografía tuya del pasado, y cuantas he soñado que ese mismo teléfono susurraba mi nombre con tu voz y te hablaba, sentado en el bordillo mojado por la lluvia, rodeado de esas hojas pequeñas amarillas que resaltaban en el gris del día comenzado.

Parece que, como campana que se acerca a la hora, el tiempo del teléfono ha llegado, y tu voz no será sueño entre floresta, sino realidad que el gris aleja. ¿Que decirte ahora que la fotografía cobra vida y como duende salido entre las hierbas aceleras aún más el corazón nunca dormido del amante que por la distancia sufre y desespera?

Ahora nervios y sonrisas, por todo, por nada, y mirando en el reloj el segundero, odiando la  manecilla tortuosa, que por no querer que llegue el día parece tardar un año lo que en realidad es un segundo, un siglo lo que debería ser minuto y una vida lo que debería ser mañana.

Larga espera en los últimos metros de esta carrera de resistencia, en la que ni los años ni el silencio desgastaron las ganas que ahora penan por ver llegar el dia como si fuera condena impuesta como castigo por anhelar lejanas metas.

¿Que te diré mi amor? quizás no diga nada y tan solo escuche el sonido de tu voz, la cadencia y el ritmo de tus palabras y las mías, que tan fácil salen en mis sueños, se queden en mi interior, enmudecido de pronto al encontrarte de nuevo, reconfortándome el alma con tan solo una sílaba salida de tu garganta.

Ganas tengo de escucharte, de que llegue ansiado día, y miedo, y nervios al encomendarme a ese viento del sur que tantas veces invoqué y que ahora parece que mueve sus alas levantando un torbellino de ilusiones, de tantas noches de Taberna en las que por ti brindaba.

Que larga espera, mi dama. Mi dama, que larga espera.

jueves, 22 de noviembre de 2012

UNA SEMILLA LLAMADA ESPERANZA



Leyendo un claro día
mis bien amados versos,
he visto en el profundo
espejo de mis sueños

que una verdad divina
temblando está de miedo,
y es una flor que quiere
echar su aroma al viento.

El alma del poeta
se orienta hacia el misterio.
Sólo el poeta puede
mirar lo que está lejos
dentro del alma, en turbio
y mago sol envuelto.

En esas galerías,
sin fondo, del recuerdo,
donde las pobres gentes
colgaron cual trofeo

el traje de una fiesta
apolillado y viejo,
allí el poeta sabe
el laborar eterno
mirar de las doradas
abejas de los sueños.

Poetas, con el alma
atenta al hondo cielo,
en la cruel batalla
o en el tranquilo huerto,

la nueva miel labramos
con los dolores viejos,
la veste blanca y pura
pacientemente hacemos,
y bajo el sol bruñimos
el fuerte arnés de hierro.

El alma que no sueña,
el enemigo espejo,
proyecta nuestra imagen
con un perfil grotesco.

Sentimos una ola
de sangre, en nuestro pecho,
que pasa... y sonreímos,
y a laborar volvemos.

(Antonio Machado)





Son las seis y diez de la tarde, aquí y allí, donde tu estás. Me pregunto si en estos mismos momentos estarás pensando en mi como yo estoy pensando en tí, si al ver como la tarde se va marchando y la oscura cortina de la noche se va descorriendo por este inventado horario de invierno, tus miedos a la oscuridad empezarán a aflorar o sencillamente te refugiarás en la luz eléctrica de una habitación con la televisión puesta, o bien, como yo quisiera, buscaras refugio en los recuerdos, en aquellas habitaciones del alma donde nunca se hace oscuro al estar permanentemente iluminadas por tu presencia, porque realmente es tu presencia lo que siento en cada una de ellas cuando buceo en mi interior, no en busca de aventuras ni extrañas expediciones, sino a la búsqueda de la luz que desprenden las perlas de tus dientes cuando en mis recuerdos te veo sonreir, o aquellas miradas de abajo arriba cuando alguna picardía inocente se te ocurría sin atreverte a realizarla.

Parece mentira el tiempo y la distancia que intenta incansable separarnos y no consigue más que acercarme más hacia tu lado. No pasa un día sin que al levantarme te dedique un "buenos días", o al apagar la luz de mi habitación te dedique un último pensamiento unido al deseo de soñar contigo de nuevo.

En ocasiones creo que sembraste en mi una semilla llamada esperanza y en todos estos años no ha hecho más que crecer mientras la cuidaba con el mismo mimo que si se tratara de ti misma. y así, a la sombra de esta planta, apoyado en ella, espero tranquilamente tu voz, que llegará, seguro, algún día, cuando te sacudas las confusiones, las dudas y el maldito litio que para nada necesitas.