ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.

ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.
Casi sin pensarlo nos fuimos sentando, uno tras otro, en torno a la chasca que encendió el Cipri, y asi pasamos la noche, escuchando las historias que alguien, no se quien, cualquiera que fuese, narraba despacito, creando un entorno de magia y misterio del que no queríamos salir.

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO
LO IMPOSIBLE SOLO EXISTE EN TU VIDA

lunes, 30 de enero de 2012

POEMA DE AMOR, (LOLE Y MANUEL)




El sol nos olvidó ayer sobre la arena,
nos envolvió el rumor suave del mar,
tu cuerpo me dio calor, tenía frío,
y allí, en la arena, entre los dos nació este poema,
este pobre poema de amor para ti.

Mi fruto, mi flor, mi historia de amor, mis caricias.
Mi humilde candil, mi lluvia de abril, mi avaricia.
Mi trozo de pan, mi viejo refrán, mi poeta.
La fe que perdí, mi camino y mi, mi carreta.
Mi dulce placer, mi sueño de ayer, mi equipaje.
Mi tibio rincón, mi mejor canción, mi paisaje.
Mi manantial, mi cañaveral, mi riqueza.
Mi leña, mi hogar, mi techo, mi lar, mi nobleza.
Mi fuente, mi sed, mi barco, mi red y la arena, donde te sentí, donde te escribí mi poema.

domingo, 29 de enero de 2012

...LA REALIDAD DEL PASADO PRESENTE SIEMPRE EN EL FUTURO.



Tarde tranquila, casi
con placidez de alma,
para ser joven, para haberlo sido
cuando Dios quiso, para
tener algunas alegrías...lejos,
y poder dulcemente recordarlas.

Es una tarde cenicienta y mustia,
destartalada, como el alma mía;
y es esta vieja angustia
que habita mi usual hipocondría.

La causa de esta angustia no consigo
ni vagamente comprender siquiera;
pero recuerdo y recordando digo:
-Sí, yo era niño, y tú, mi compañera.

(Antonio Machado)
             



Y entre posos de recuerdos y telarañas de sueños pasados florece hermosa y verde una rosa, roja, apasionada entre azules sentimientos que como abono alimentan su belleza que va creciendo según pasan los años y en la mente se afianzan los sentimientos más fuertes, más seguros, como cimientos que sustentan mi persona, anclada, en cierta manera manera, en el tiempo transcurrido e irrepetible pero inexplicablemente y al tiempo avanzando hacia delante ganado terreno al olvido que como condena amnistiada en mi caso se vió relegado en tan insignificante figura que más bien no existiera para nada. Pobre olvido sin labor ni papel que representar ante la realidad del pasado presente siempre en el futuro.

Ni uno solo de los brotes de la rosa marchitaron, antes bien, nuevos y poderosos salieron incipientes nuevos otros mientras los anteriormente nacidos competían entre si por alcanzar la luz que emana de los sueños con que se alimentan, regados día a día por cada pensamiento que hacia tu persona sale de mi.

sábado, 28 de enero de 2012

VIENTO DEL SUR, ¿DONDE ESTÁS QUE LIMPIES ESTO, DONDE ESTÁS?




Y acercándome a la barra le pedí al Cipri una buena jarra de espumosa y fría cerveza al tiempo que, con los pocos restos de las uñas que sobrevivían a los mordiscos de mis nervios, intentaba arrancarme de mi piel el olor al barato perfume de mi última compañera de lecho, con la que en vano intento de reemplazo intenté saciar el mono que sentía de ese golpe de viento del sur que no llegaba.

Imposible desde el primer momento. Desde que empezando a desvertirla su imagen galopaba entre las paredes de la cutre y sucia habitación, hasta el sabor a ron del aliento de ambos  al compartir la botella que, rodando por el suelo, se convirtió en  anestesia, borrando de golpe el daño y dolor que producía la imagen de su cara, al no ver la deseada entre mis brazos.

¡¡¡¡¡¡Cipri, pon otra más, colega, que está vacío hace rato el vidrio!!!!!!, grité mientras el desagradable olor de la mujer ganaba la batalla a la cerveza, embotándome los sentidos y manchando con su pegajoso aroma mi vieja alma añorante de aquellos otros olores que ahora se replegaban ante la invasora fragancia que ignorante y solícita acudió a mi creyendo que era eso lo que buscaba. Triste error de taberna vieja donde todos nos conocemos. El Cipri me miraba frunciendo la nariz reconociendo como perdiguero cual había sido la presa de esa noche, y conocedor de mis sentimientos por noches de trasiegos de litros de espumosa cebada, silencioso, como siempre, negaba con la cabeza mientras con un trapo que alguna vez fue blanco restrega una y mil veces el borde de una jarra antes de colgarla de la viga donde el resto de los vidrios esperaban la hora de ser llenados por el barril del que todos, más tarde o más temprano terminábamos tirando.

Tres, cuatro jarras más tarde el olor continuaba sin abandonarme y como lanzas punzantes en mi mente tu fantasma acosaba y torturaba mi intranquila y nerviosa estancia ante la barra. ¡¡¡¡¡Una ducha!!!, eso era, ¡¡¡¡Una ducha e intentar dormir soñando contigo!!!!! eso es lo que necesitaba, pensé mientras con la piel de la muñeca enrojecida, casi sangrate, en llaga, levantada de tanto rascar, levanté una mano diciendo adios al Cipri y con el mismo gesto que apuntara las birras en la cuenta recibiendo su casi inapreciable movimiento de barbilla como confirmación y despedida.

El aire de la calle, fuera del humo del local, lejos de llevarse su olor me llenó aún más del mismo provocando el vómito entre dos coches aparcados en la acera.
Dios, que noche, por intentar olvidarte, que noche. VIENTO DEL SUR ¿DONDE ESTÁS QUE LIMPIES ESTO, DONDE ESTÁS?

viernes, 20 de enero de 2012

...JUGUETEAN, TRAVIESAS, ENTRE CÓMPLICES Y TIERNOS ABRAZOS.



La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave de oro;
y en un vaso olvidado se desmaya una flor.

El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y, vestido de rojo, piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.

¿Piensa acaso en el príncipe del Golconsa o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las Islas de las Rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?

¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar,
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte;
los jazmines de Oriente, los nulumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real,
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
La princesa está triste. La princesa está pálida...
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
La princesa está pálida. La princesa está triste...
más brillante que el alba, más hermoso que abril!

¡Calla, calla, princesa dice el hada madrina,
en caballo con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte ,
a encenderte los labios con su beso de amor!

(Rubén Darío)



Mientras el susurro del agua nos llegue anunciando movimiento y vida que podamos recoger entre nuestras manos, el gris amenazante nada podrá avanzar, pues en cualquier momento progresando entre pasos de bailes ondeantes nos puede llegar el aliento que nos rescatará del silencioso y doloroso abandono de colores en la mente, disfrutando del instante en el que la música suave y lenta del agua deslizante nos obligue al despertar del ánimo que nunca murió, durmiendo protegido por el yo real del abandono ilógico e invasor.

Al tiempo que las caricias del agua se escurren entre los dedos, en la mente alas poderosas abiertas al viento empiezan a elevarnos a esos lugares de libertad donde la sonrisa y alegría son lenguaje cotidiano entre almas gemelas que juguetean, traviesas, entre cómplices y tiernos abrazos. La princesa se da cuenta entonces que no estaba triste; el sonido de su dolor no la dejaba escuchar los rumores del agua que recorría su mente llevando poemas y flores a su dormido ser.

viernes, 13 de enero de 2012

...SI FUE TAN SOLO UN SUEÑO O REALMENTE GALOPASTE EN LOS SENTIDOS DESPIERTOS...




A veces, amor mío, soy tu ángel de sombra.
Me levanto de no sé qué guaridas,
fulmíneo, entre los dientes
una espada de filos amargos, una triste
espada que tú bien, mi pobre amor, conoces.
Son los días oscuros de la furia, las horas
del despiadado despertar, queriéndote
en medio de las lágrimas subidas
del más injusto y dulce desconsuelo.
Yo sé, mi amor, de dónde esas tinieblas
vienen a mí, ciñéndote, apretándome
hasta hacerlas caer sobre tus hombros
y doblarlos, deshechos como un río.
¿Qué quieres tú, si a veces, amor mío, así soy,
cuando en las imborrables piedras pasadas, ciego,
me destrozo y batallo por romperlas,
por verte libre y sola en la luz mía?
Vencido siempre, aniquilado siempre,
vuelvo a la calma, amor, a la serena
felicidad, hasta ese oscuro instante
en que de nuevo bajo a mis guaridas
para erguirme otra vez tu ángel de sombra.

(Rafael Alberti)





Cuantas noches, mientras galopaba a bordo del corcel que me llevaba hacia ese lugar del sur donde moras, me preguntaba que ocurriría si algún día no estabas allí, en mis sueños, en esos planos desconocidos, ignotos, por donde deambulan los soñadores conscientes de su búsqueda casi imposible de un momento de intimidad en el mundo de la noche eterna y profunda, donde reinan las preguntas y las respuestas mezcladas, sin orden alguno y a las que reunir en sintonia cuesta casi una vida entera navegando por esas oscuras aguas del profundo yo interior.

Cuantas veces me preguntaba que ocurriría si te encontraba fija y estática en esos planos, sin salida para ti, obligada a permanecer en ellos para la eternidad. ¿me quedaría contigo inmóvil en el mundo gris de la parca o saldría remontando a los colores de fuera, aún sabiendo que ya serían mate y no brillo al faltar tu presencia alentadora?

Hoy se que casi pasa, que pudo ocurrir que no te encontrara en mis viajes al otro lado del espejo, que me perdiera en espacios vacíos y yermos sin ver jamás la luz orientadora de tus ojos, ya fríos entre el oscuro gris profundo del vacío más intenso, más cruel y tortuoso.

Por suerte no fue así, y me sumerjo cada día a la conquista del camino al que me lleva el viento del dejarme ir para encontrarte y galopar juntos en el corcel de hilos de plata que nos une desde hace casi cuarenta años aunque quizás no llegues a saber nunca si fue tan solo un sueño o realmente galopaste en los sentidos despiertos en la paralisis del sueño agarrada a las crines del caballo.

martes, 10 de enero de 2012

NO HAY MÁS REALIDAD QUE NUESTROS SUEÑOS...


No hay que llorar porque las plantas crecen en tu balcón, no hay
que estar triste si una vez más la rubia carrera de las nubes te reitera
lo inmóvil, ese permanecer en tanta fuga. Porque la nube estará ahí,
constante en su inconstancia cuando tú, cuando yo -pero por qué nombrar el polvo y la ceniza-.
Sí, nos equivocábamos creyendo que el paso por el día era lo efímero, el agua que resbala por las hojas hasta hundirse en la tierra.
Sólo dura la efímero, esa estúpida planta que ignora la tortuga, esa blanda tortuga que tantea en la eternidad con ojos huecos, y el sonido sin música, la palabra sin canto, la cópula sin grito de agonía, las torres del maíz, los ciegos montes.
Nosotros, maniatados a una conciencia que es el tiempo,no nos movemos del terror y la delicia, y sus verdugos delicadamente nos arrancan los párpados para dejarnos ver sin tregua cómo crecen las plantas del
balcón, cómo corren las nubes al futuro.
¿Qué quiere decir esto? Nada, una taza de té. No hay drama en el murmullo, y tú eres la silueta de papel que las tijeras van salvando de lo informe: oh vanidad de creer que se nace o se muere, cuando lo único real es el hueco que queda en el papel, el golem que nos sigue sollozando en sueños y en olvido.
(Julio Cortázar)




No hay más realidad que nuestros sueños, siendo lo que llamamos real tan solo el escenario donde ensayamos lo que después viviremos sin saberlo, pues solo somos dueños de nuestros pensamientos, de nuetsras inquietudes, de nuestros deseos, siendo estos el conglomerado que conforma el timón por el que nos guiaremos por la travesía que surcamos queramos o no.

De nosotros depende la bravura de sus aguas, la fuerza de sus olas y el viento, ese viento del sur que embarazando las velas logra que atravesemos ese océano de ideas, de ilusiones que nos llevará a buen puerto aun sin llegar a ninguno, pues no hay mejor puerto que el de mantenerse fiel en la derrota que nos marca el camino por el que navegamos entre planos incomprensibles para quien varado queda en la playa.

La taza de té humea llenando la estancia de olores orientales que se mezclan con el incienso prendido en la alacena, y en la Taberna del Mono Rojo, una sonrisa me sorprende mientras, cerrados los ojos, surco esos mares de recuerdos y promesas que me llevan a ti.

martes, 3 de enero de 2012

...BENDITO RAYO QUE ME ABRAZA...



Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta
ni la costumbre de tu cuerpo, aún misterioso y tácito y de niña,
ni la sucesión de tu vida asumiendo palabras o silencios
serán favor tan misterioso
como el mirar tu sueño implicado
en la vigilia de mis brazos.
Virgen milagrosamente otra vez por la virtud absolutoria del sueño,
quieta y resplandeciente como una dicha que la memoria elige,
me darás esa orilla de tu vida que tú misma no tienes,
Arrojado a quietud
divisaré esa playa última de tu ser
y te veré por vez primera, quizá,
como Dios ha de verte,
desbaratada la ficción del Tiempo
sin el amor, sin mí.

(Jorge Luis Borges)



La quietud del agua, mansa, sumisa bajo las caricias de la luna, aceptando los abrazos que los azulados rayos lanzaban reclamando complicidad nocturna que la espera diaria expresaba con los mimos y susurros de las crestas de las olas al romperse tímida y suavemente sobre las sombras provocadas por la intensidad de los ojos de las estrellas, celosos de aquellos otros que utuilizaba la luna para envolver a la amorosa arena de la playa.

Copia incompleta de nuestras noches, intensos momentos en los que cada uno en su sitio buscaba el lugar común del sueño en el que encontrarnos y abandonar cortando los nudos con que las cuerdas de los otros intentaban sujetar inútilmente sentimientos escondidos en la profundidad del alma de quien ama.

Hace tiempo ya que ni el amanecer ni la retirada del sol marcan los momentos de unión entre nosotros, pues solo ya en mi interior la luz es perenne por tu estrella, la que marca cada instante de mi existencia que sin tu persona, aún en la distancia, es nada. Bendita estrella compadecida que me rescata de la oscuridad sin ti y bendito rayo que me abraza recordándome que tu presencia, pese a todo, vive en mi.