ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.

ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.
Casi sin pensarlo nos fuimos sentando, uno tras otro, en torno a la chasca que encendió el Cipri, y asi pasamos la noche, escuchando las historias que alguien, no se quien, cualquiera que fuese, narraba despacito, creando un entorno de magia y misterio del que no queríamos salir.

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO
LO IMPOSIBLE SOLO EXISTE EN TU VIDA

domingo, 12 de diciembre de 2010

...ESE RESPLANDOR QUE ME EMBRUJA, QUE ME HECHIZA, Y AL QUE ADICTO, ME ABANDONO...


Asomando a la noche
en la terraza
de un rascacielos altísimo y amargo
pude tocar la bóveda nocturna
y en un acto de amor extraordinario
me apoderé de una celeste estrella.

Negra estaba la noche
y yo me deslizaba
por la calle
con la estrella robada en el bolsillo.
De cristal tembloroso
parecía
y era
de pronto
como si llevara
un paquete de hielo
o una espada de arcángel en el cinto.

La guardé
temeroso
debajo de la cama
para que no la descubriera nadie,
pero su luz
atravesó
primero
la lana del colchón,
luego
las tejas,
el techo de mi casa.

Incómodos
se hicieron
para mí
los más privados menesteres.

Siempre con esa luz
de astral acetileno
que palpitaba como si quisiera
regresar a la noche,
yo no podía
preocuparme de todos
mis deberes
y así fue que olvidé pagar mis cuentas
y me quedé sin pan ni provisiones.

Mientras tanto, en la calle,
se amotinaban
transeúntes, mundanos
vendedores
atraídos sin duda
por el fulgor insólito
que veían salir de mi ventana.

Entonces
recogí
otra vez mi estrella,
con cuidado
la envolví en mi pañuelo
y enmascarado entre la muchedumbre
pude pasar sin ser reconocido.
Me dirigí al oeste,
al río Verde,
que allí bajo los sauces
es sereno.

Tomé la estrella de la noche fría
y suavemente
la eché sobre las aguas.

Y no me sorprendió
que se alejara
como un pez insoluble
moviendo
en la noche del río
su cuerpo de diamante.

(Pablo Neruda).



Escondí bajo la cama, yo también, no una estrella, pero sí tu imagen, tu recuerdo, y al igual que al ladrón de estrellas, el resplandor atravesó incluso mi alma, me llenó de tu luz y desde entonces todo es de colores con la ausencia del hijo del blanco y negro, el gris, ese peligroso gris que acecha detrás de cada folio, de cada palabra, al poeta.

He de reconocer que en ocasiones llama a la puerta de la habitación pidiendo paso, pero siempre acudes, rauda, veloz, a cerrar la puerta y llenar la sala con tu risa, con la luz de tu persona. Y me hace egoista, porque egoista es el que ama, y aún sabiendo que, guardada, privo a otros de tu luz, nunca dejaré que te deslices suave y lenta por el cauce, celoso del calor de tu presencia en mis sueños mñás intensos, insolidario con el resto por ese resplandor que me embruja, que me hechiza, y al que adicto, me abandono cada día, cada momento.

jueves, 9 de diciembre de 2010

...MI ALMA EN FOTOGRAFÍAS Y AZUCENAS...



Federico García Lorca: Pequeño Vals Vienés

En Viena hay diez muchachas,
un hombro donde solloza la muerte
y un bosque de palomas disecadas.
Hay un fragmento de la mañana
en el museo de la escarcha.
Hay un salón con mil ventanas.


¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals con la boca cerrada.


Este vals, este vals, este vals, este vals,
de sí, de muerte y de coñac
que moja su cola en el mar.


Te quiero, te quiero, te quiero,
con la butaca y el libro muerto,
por el melancólico pasillo,
en el oscuro desván del lirio,
en nuestra cama de la luna
y en la danza que sueña la tortuga.


¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals de quebrada cintura.


En Viena hay cuatro espejos
donde juegan tu boca y los ecos.
Hay una muerte para piano
que pinta de azul a los muchachos.
Hay mendigos por los tejados,
hay frescas guirnaldas de llanto.


¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals que se muere en mis brazos.


Porque te quiero, te quiero, amor mío,
en el desván donde juegan los niños,
soñando viejas luces de Hungría
por los rumores de la tarde tibia,
viendo ovejas y lirios de nieve
por el silencio oscuro de tu frente.


¡Ay, ay, ay, ay!
Toma este vals, este vals del "Te quiero siempre".


En Viena bailaré contigo
con un disfraz que tenga
cabeza de río.
¡Mira qué orillas tengo de jacintos!
Dejaré mi boca entre tus piernas,
mi alma en fotografías y azucenas,
y en las ondas oscuras de tu andar
quiero, amor mío, amor mío, dejar,
violín y sepulcro, las cintas del vals.


Con el paso de los años mi alma se va quedando entre fotografías y cartas, entre escritos y poemas que desgranan el camino que siempre recorrí con una sonrisa hacia fuera, quizás con el único arrepentimiento de aquellas cosas que dejé por hacer y que a estas alturas quizás nunca haré ya.

La vida no es como un tango como dicen, triste, trágico; la vida es más como un vals, con sus giros y vueltas agarrado a tu mano, abandonado a su loco torbellino de pasión entre gasas y tules del vuelo de un vestido en el aire, abrazando los largos y acompasados pasos a lo largo del salón, en círculos cerrados y repetitivos, encerrando los sentidos al cerrar los ojos adivinando tu sonrisa mientras giras, conteniendo la risa alegre que resuena aún en mis oidos mientras miro tu fotografía, pequeña porción de mi alma, presa entre el color sepia del papel.

Y cuando sereno, con los párpados cubriendo mis ojos, en la noche, imagino "ovejas y lirios de nieve por el silencio oscuro de tu frente...y en las ondas oscuras de tu andar, quiero, amor mío, amor mío, dejar, violín y sepulcro, las cintas del vals."

sábado, 7 de agosto de 2010

NIÉGAME EL PAN, EL AIRE, LA LUZ, LA PRIMAVERA, PERO TU RISA NUNCA, PORQUE ME MORIRÍA.


Quítame el pan si quieres
quítame el aire, pero
no me quites tu risa.

No me quites la rosa,
la lanza que desgranas,
el agua que de pronto
estalla en tu alegría,
la repentina ola
de planta que te nace.

Mi lucha es dura y vuelo
con los ojos cansados
a veces de haber visto
la tierra que no cambia,
pero al entrar tu risa
sube al cielo buscándome
y abre para mí todas
las puertas de la vida.

Amor mío, en la hora
más oscura desgrana
tu risa, y si de pronto
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle,
ríe, porque tu risa
será para mis manos
como una espada fresca.

Junto al mar en otoño,
tu risa debe alzar
su cascada de espuma,
y en primavera, amor,
quiero tu risa como
la flor que yo esperaba,
la flor azul, la rosa
de mi patria sonora.

Ríe de la noche
del día, de la luna,
ríete de las calles
torcidas de la isla,
ríete del torpe
muchacho que te quiere,
pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
cuando mis pasos van,
cuando vuelven mis pasos,
niégame el pan, el aire,
la luz, la primavera,
pero tu risa nunca
porque me moriría.

(Pablo Neruda)



Y es que, aún ahora, con el paso del tiempo, resuena en mi interior el sonido fresco y alegre de tu risa, de aquella que, tímida tu, sonrojada intentabas ocultarme girando la cabeza en un movimiento que recuerdo hoy junto con las notas de tu risa, aquella que tan solo eclipsaba la sonrisa picaruela, adolescente enamorada.

Los años parecen que borran algún recuerdo, algún momento, pero tengo tantos guardados en las mejores páginas de mi vida, en las más ilusionadas, que compensan los perennes a los por edad perdidos para siempre.

Los sobresaltos, los miedos a que nos vieran, los deseos de la hora que no llegaba de verte, el "cabrón" del cartero que esperado durante horas veía pasar por delante de mi casa sin detenerse a depositar la tan deseada y esperada carta.

Las cartas, esas traidoras y culpables cartas que nos separaron, condenando a vernos de nuevo a escondidas pasados los años, y entre ellos más años de sequía. Las cartas y mi yo desordenado y vago al escribir. En ocasiones pienso que si hubieramos tenido como hoy la ventaja de la red, quizás esta Taberna del Mono Rojo nunca hubiera abierto sus puertas, porque quizás no hubiera hecho falta. Que idiota fuí, dejando pasar el tiempo sin una letra, sin una frase, sin una carta, sabiendo que también veias pasar al cartero, perdón lo de cabrón, de largo.

En fin, de un tiempo para acá solo me quedan los recuerdos, los buenos, y tu risa, tu risa que retumba todavía en mi interior y me obliga a veces a mirar a mi lado porque siento que estás ahí, escondiendo el rostro bajo la melena suave que aún siento como si fuera ayer cuando la acariciaba. Como si fuera ayer....

Al igual que decía el poeta, niégame el pan, el aire, la luz, la primavera, pero tu risa nunca, porque me moriría. ¿o no, para purgar mi culpa?

viernes, 11 de junio de 2010

QUE RECORDARME PUEDES; ODIARME, NO.


Hubo un tiempo... ¿recuerdas? su memoria
Vivirá en nuestro pecho eternamente...
Ambos sentimos un cariño ardiente;
El mismo, ¡oh virgen! que me arrastra a ti.

¡Ay! desde el día en que por vez primera
Eterno amor mi labio te ha jurado,
Y pesares mi vida han desgarrado,
Pesares que no puedes tú sufrir;

Desde entonces el triste pensamiento
De tu olvido falaz en mi agonía:
Olvido de un amor todo armonía,
Fugitivo en su yerto corazón.

Y sin embargo, celestial consuelo
Llega a inundar mi espíritu agobiado,
Hoy que tu dulce voz ha despertado
Recuerdos, ¡ay! de un tiempo que pasó.

Aunque jamás tu corazón de hielo
Palpite en mi presencia estremecido,
Me es grato recordar que no has podido
Nunca olvidar nuestro primer amor.

Y si pretendes con tenaz empeño
Seguir indiferente tu camino...
Obedece la voz de tu destino
Que odiarme puedes; olvidarme, no.

(Lord Byron)




¿Odiarme? no, jamás, aunque quizás consuele a alguno el trueque del no olvido por el odio, a mi no. Prefiero tu olvido a tu odio, porque nunca me odiaste, nunca te odié, antes bién, al contrario, en mi marcha por la vida siempre estuvo tu imagen persiguiéndome, como si en sueños provocados volaras a mi lado, y cuando tu no volabas lo hacía yo, consciente de donde iba, donde dirigía mis pasos y el recibimiento que me esperaba al llegar y encontrarte la más bella, como siempre.

Quizás ese soplo de aire fresco me hizo llegar tan lejos, tan vivido y sin embargo tan al principio de todo, por tí, tan presente en cada momento, en una mirada furtiva, en el brote de una planta, en el fugaz movimiento de una estrella o el traslado delicado de las nubes empujadas por la suave brisa, como me empujan los recuerdos hacia ti, delicada y silenciosamente, con nocturnidad y el afán de encontrarte como única mochila.

Que recordarme puedes; odiarme, no.

lunes, 24 de mayo de 2010

DEFINITIVAMENTE PRESO



Reniego, lápiz partido,
Todo cuanto deseé.
Y no soñé ser servido
De ir a donde nunca iré.

Paje embutido en harapos
Del triunfo que otros tuvieron,
Yo podré amar estos trapos
Por ser cuanto a mí me dieron.

Sabré, príncipe mendigo,
Coger, con la buena gente,
Entre el ondear del trigo
La amapola inteligente.

(Fernado Pessoa)



Pensando toda la noche, no en tí, quizás solo en mi cuando creía que era en los dos. No rompo el lápiz ni reniego de él, pues los trazos que dibuja es la vida que escogí, la que, sin darme cuenta, es verdad, empezaba en la pendiente cruel, que luego de decidir no tienes la ocasión de parar la cuesta ¿abajo?, no creo, quizás la que te toca, porque nadie te avisa de lo que el camino guarda y espera.

Pensando toda la noche, perdido entre la luz azulada de la luna entre montañas, quizás las que no me atrevo a saltar. Frontera entre dos mundos, me mantiene preso en uno del que no logro escapar más que pasando la noche en vela oteando pasos que me lleven de un lado a otro, aunque siempre amanezco en el mismo tiempo y lugar. Definitivamente preso.

miércoles, 19 de mayo de 2010

BUENA ES LA BUENA MEMORIA, MEMORIA DEL QUE SE ACUERDA...



A la sombra te sientas de las desnudas rocas,
y en el rincón te ocultas donde zumba el insecto,
y allí donde las aguas estancadas dormitan
y no hay hermanos seres que interrumpan tus sueños,
¡quién supiera en qué piensas, amor de mis amores,
cuando con leve paso y contenido aliento,
temblando a que percibas mi agitación extrema,
allí donde te escondes, ansiosa te sorprendo!

—¡Curiosidad maldita!, frío aguijón que hieres
las femeninas almas, los varoniles pechos:
tu fuerza impele al hombre a que busque la hondura
del desencanto amargo y a que remueva el cieno
donde se forman siempre los miasmas infectos.

—¿Qué has dicho de amargura y cieno y desencanto?
¡Ah! No pronuncies frases, mi bien, que no comprendo;
dime sólo en qué piensas cuando de mí te apartas
y huyendo de los hombres vas buscando el silencio.

—Pienso en cosas tan tristes a veces y tan negras,
y en otras tan extrañas y tan hermosas pienso,
que... no lo sabrás nunca, porque lo que se ignora
no nos daña si es malo, ni perturba si es bueno.
Yo te lo digo, niña, a quien de veras amo:
encierra el alma humana tan profundos misterios,
que cuando a nuestros ojos un velo los oculta,
es temeraria empresa descorrer ese velo;
no pienses, pues, bien mío, no pienses en qué pienso.

—Pensaré noche y día, pues sin saberlo, muero.

Y cuenta que lo supo, y que la mató entonces
la pena de saberlo.

(Rosalía de Castro)





...Mariquita quita quita
Quítame dolor y pena
Debajo de tu reboso
Se pasa una noche buena
Buena es la buena memoria
Memoria del que se acuerda
Se acuerda de San Francisco
San Francisco no es Esteban
Esteban no es ningún santo
Santo es aquel que le rezan
Rezan los padres maitines
Los maitines no son completos
Completas serán las mañas
Las mañas de un hechicero
Hechicero es el que urde
Urde la mujer su tela
Tela la del buen cedazo
Cedazo de harina y cuerda
Cuerda la de los cochinos
Los cochinos tragan hierba
De la hierba nace el trigo
Del trigo es el que se siembra
Se siembra porque es costumbre
Dijo un viejito al pasar
Y lo echaron a la lumbre
Porque no supo trovar
Y lo echaron a la lumbre
Porque no supo trovar

(Café Tacuba)

sábado, 15 de mayo de 2010

...ENVOLVIENDO EL REGRESO A LA CAMA CARCELERA...





Me diste la intemperie,
la leve sombra de tu mano
pasando por mi cara.
Me diste el frío, la distancia,
el amargo café de medianoche
entre mesas vacías.

(Julio Cortazar)








El amargo café de media noche entre las mesas vacías, prólogo de noche entera contigo entre mis brazos mientras los demás piensan que reposamos tranquilamente junto a ellos en el lado izquierdo de la cama.

Ni la fría caricia de la nieve entorpece el lenguaje de las manos, que solícitas calientan nuestro cuerpo, etéreo entre lazos de plata entrecruzados. Y en las casas duermen esperando un nuevo dia mientras nosotros jugueteamos entre las sombras del espacioso infinito, adornado de velas temblorosas y el eco de tu risa envolviendo el regreso a la cama carcelera cuando el sol despereza su letargo sacudiendo las oscuras cortinas de la noche.

Nuevo día.



martes, 27 de abril de 2010

lunes, 29 de marzo de 2010

...SOLO SIN TI PERO LLENO DE TU ESENCIA.



La serenata india

I
Me levanto desde sueños de ti
En el primer dulce dormir de la noche
Cuando los vientos respiran suave
Y las estrellas relumbran brillantes:
Me levanto desde sueños de ti,
Y un espíritu en mis pies
Me ha llevado -¿quién sabe cómo?-
A la ventana de tu cuarto, ¡Dulce!

II
Los aires vagabundos desmayan
Sobre lo oscuro, la corriente silenciosa-
Los aromas de Champak caen
Como dulces pensares en un sueño
La queja del ruiseñor
Muere sobre su corazón
Como yo sobre el tuyo
¡Oh, amado como tú lo eres!

III
¡Oh elévame de la hierba!
¡Muero!, ¡Desmayo! ¡Caigo!
Deja que tu amor en besos llueva
Sobre mis párpados y labios pálidos.
Mi mejilla es fría y blanca, ay!
Mi corazón late alto y rápido;
¡Oh! Apriétalo contra el tuyo de nuevo
donde al final se romperá.

(Percy B Shelley)

A veces una palabra, un gesto casual de alguien, un perfume, cualquier cosa que rápido, por sorpresa, se asoma a mi interior encendiendo el recuerdo y logrando que los sueños te traigan entre nubes enrojecidas por la potente luz de tu ser en mi.

Así, de esta manera, todo queda iluminado por tu presencia en la oscuridad de mi letargo y aferrándome a la noche alargo el tiempo en el que la realidad se funde con tu recuerdo y por un momento que parece días pago con la entrega de una noche al dolor de una nueva separación y a la desilusión del amanecer solo sin ti pero lleno de tu esencia.

viernes, 26 de marzo de 2010

...ME DORMIRÉ MIRÁNDOTE.





Si tengo que morir
Querré que estés allí
Sé que tanto amor
Me ayudará a descender
Al más allá
Entonces diré Adios
Sin miedo y sin dolor
En la soledad
Reviviré los años de felicidad

Para cruzar el umbral
No deseo nada más

Acariciado por tu voz
Morir al lado de mi amor
Me dormiré mirándote

El tiempo que pasó
Jamás nos separó
El nos unirá
En un rincón profundo de la eternidad

A la hora del final
Solo quiero tu mirar
con tu perfume alrededor
Morir al lado de mi amor
Me dormiré mirándote

Para cruzar el umbral
No deseo nada más
Acariciado por tu voz
Morir al lado de mi amor
Y dormiré mirándote

(Demis Roussos)




¿Que añadir más a la poesía que narra los deseos para los últimos momentos de quien nunca vió ni en la distancia ni en el tiempo una barrera de separación entre los dos? ¿Algo mejor que despedirse como comenzó todo? ¿Algo más maravilloso que completar el círculo íntimo haciendo un huequito en la eternidad para encontrarnos? La poesía lo dice, no deseo nada más que la caricia de tu voz, y entonces, con todos los momentos felices agolpándose decir adios, despedirme y serenamente dormirme, tranquilo, sin miedo, sin dolor. ¿Que mejor apoyo cuando llegue el momento?, No desearé nada más, seguro.

lunes, 22 de marzo de 2010

OYE LOS PASOS DEL TIEMPO, INVENTOR DE LUGARES SIN PESO NI SITIO...

Óyeme como quien oye llover,
ni atenta ni distraida,
paasos leves, llovizna,
agua que es aire, aire que es tiempo,
el día no acaba de irse,
la noche no llega todavía,
figuraciones de la niebla
al doblar la esquina,
figuraciones del tiempo
en el recodo de esta pausa,
óyeme como quien oye llover,
sin oirme, oyendo lo que digo
con los ojos abiertos hacia adentro,
dormidda con los cinco sentidos despiertos,
llueve, pasos leves, rumor de sílabas,
aire y agua, palabras que no pesan:
lo que fuimos y somos,
los días y los años, este instante,
tiempo sin peso, pesadumbre enorme,
óyeme como quien oye llover,
relumbra el asfalto húmedo,
el vaho se levanta y camina,
la noche se abre y me mira,
eres tú y tu talle de vaho,
tú y tu cara de noche,
tú y tu pelo, lento relámpago,
cruzas la calle y entras en mi frente,
pasos de agua sobre mis párpados,
óyeme como quien oye llover,
el asfalto relumbra, tu cruzas la calle,
es la niebla errante en la noche,
como quien oye llover
es la noche dormida en tu cama,
es el oleaje de tu respiración,
tus dedos de agua mojan mi frente,
tus dedos de llama queman mis ojos,
tus dedos de aire abren los párpados del tiempo,
manar de apariciones y resurrecciones,
óyeme como quien oye llover,
pasan los años, regresan los instantes,
¿oyes tus pasos en el cuarto vecino?
no aquí ni allá: los oyes
en otro tiempo que es ahora mismo,
oye los pasos del tiempo
inventor de lugares sin peso ni sitio,
oye la lluvia correr por la terraza,
la noche ya es más noche en la arboleda,
en los follajes ha anidado el rayo,
vago jardín a la deriva
entra, tu sombra cubre esta página.
(Octavio Paz)



Es curioso como cada gota de esta recién estrenada primavera me recuerda a tí y a la espera en el parque, disimulando, entre amigas, con la mirada en el camino por donde llegaba hasta donde reías nerviosa, preguntándote si hoy saldría.


Nueva primavera y cada brote que anuncia el vestido blanco que vestirá el almendro me obliga a volver a los momentos contigo, paseando por la afueras para que nadie nos viera, evitando el encuentro con nadie que provocara el castigo inmenso de no verte el siguiente fin de semana recluida en la casa por el delito de vernos.

Me gusta el olor del agua en la tierra, el aroma a tierra del sur que me traen las nubes al descargar entre las calles por las que paseo contándote en susurros, en voz baja, el regreso del vencejo y su picoteo entre los verdes brotes de arbustos, rompiendo el silencio del invierno y su solitario cielo. Quizás hoy te encuentre, entre esas mismas ramas por donde el ave juguetea ensayando su futuro cortejo danzarín, y te diga que, como entonces, bailemos entrelazados con solo la música del entorno natural de un viejo camino de la estación entre árboles tatuados con testimonios de iniciales entorno a un imperfecto corazón.

Oye los pasos del tiempo, inventor de lugares sin peso ni sitio...

domingo, 17 de enero de 2010

...DE POETAS VENCIDOS, DE SOÑADORES SIN SUEÑOS, DE VIVOS SIN VIDA,...



Ando en busca de un huidizo poema
perdido tras los laberintos del silencio.
Quizá ha quedado prisionero en el espino,
ahora mismo, cuando gime,
tatuado por el viento.
No dejó ningún rastro:
Tal vez fue devorado
por el aire irrevocable del tiempo.

¡Es que es tan frágil
como el evanescente color de las hojas,
ya vencidas, una a una,
por el dolor del otoño!

¡Sin nombre se me ha ido, se me ha ido!
Quizá porque no tuve tiempo de besarlo.

Todo es incertidumbre
en el país del ansia.
¡Y que vasto abandono es el ayer!

Pero al fin lo he encontrado:
mendigo entre cenizas,
manchado de tinta y de barro invisibles,
sobre el inagotable papel de la vida.

Quiero besarle todos los olvidos
atribulados por el viento.
Quiero calmarle la sed
que brota del silencio.
Quiero limpiarle mi sangre
que cubre cada verso,
cada verso…

Cada verso…

(Virginia Pinedas)


Veo los colores del invierno, y me gustan una vez salido del oscuro pozo en que me hallaba, veo los colores y me río con ellos, disfruto de ellos como crío, aunque en ocasiones, en el blanco frío de la nieve descubro huellas de la fiera que me busca, que me persigue, sin darse por vencida de mi huida de su mundo de oscuridad y tristeza. Me otea y al rececho me va acorralando, acercándose silenciosa y lentamente, hasta que me vuelvo y la grito, ¡¡¡¡¡¡VETE, VETE!!!!!!!!!, y se vuelve recelosa, con la cabeza gacha, a la oscuridad en la que vive, peo en sus ojos veo que no se rinde, que regresará mañana a intentar de nuevo arrastrarme a ese submundo de poetas vencidos, de soñadores sin sueños, de vivos sin vida, pero no importa, encontraré el poema perdido, la risa sonora mientras levantando los brazos me dejo llevar por ese viento del sur que me mezcla con el arco iris y sus colores venciendo la negra oscuridad de la guarida tenebrosa de la bestia. Hoy tampoco ha vencido; a estado cerca, olía su aliento ponzoñoso de dolor y vacío, pero he vencido y se ha retirado, aunque quedan sus huellas en la nieve, recordándome que quizás mañana, quizás mañana,... vuelva.

martes, 5 de enero de 2010

RESURGIR DE LA TIERRA CON LA ESPERANZA RENOVADA....HALLELUJAH



Nuevo año, meses, un par o asi sin entrar en la Taberna del Mono Rojo, justo cuando las cosas no podían ir peor, cuando el suelo parecía más cercano y el universo más alto, más lejos, más inalcanzable. Semanas alejado de mi barra, de la jarra de cerveza, de mi gente, de la poesía, de las canciones pasadas que alimentan mis noches de insomnio, de todo lo que no fuera sufrir recordando, de morir matando los malos recuerdos para al final sobrevivir con los agradables, con los buenos, aunque algunos no fueran ciertos, ¿que importa! son recuerdos. Días eternos de muerte y dolor. Terrible experiencia, quizás necesaria para atravesar el camino hasta aquí, hasta el nuevo año, resurgir de la tierra con la esperanza renovada en uno mismo, en los demás. Vencida ya la muerte por la vida, negados los instantes negros, los grises, que han ido dando paso al resto de colores, resguardados hasta hoy quien sabe donde, a la espera de este nuevo día, a la espera de que las puertas de la taberna del Mono se abrieran de nuevo empujadas por esta mano cansada pero en vía de recuperación del largo viaje en el que la Parca marcaba su ritmo, su incansable gorgoteo de últimos suspiros y llantos.

YA estoy bien, recien llegado del pais de la tristeza, de donde cuesta salir si te abandonas, de donde sale la tristeza del poeta que me niego a asumir como propia, de donde los cristales de Manuela, de donde el color encuentra un muro de resistencia oscura y lóbrega, en donde en el último momento un relampago de consciencia te rescata al alumbrar tus ideas, y sales, regresas y te encuentras de nuevo el olor a tierra mojada, el suelo enmoquetado de hojas caidas, el cuello del gabán subido y el vaho que demuestra que estás vivo.

De nuevo la risa del niño, la mirada de pillo del anciano, el milagro de la vida a cada paso, la Taberna con el Cipri, mi cerveza y mis canciones. De nuevo mi anormal normalidad, de nuevo con vosotros, mi gente, de nuevo conmigo. Feliz año a todos, y...hasta mañana, nos vemos en la Taberna.