ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.

ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.
Casi sin pensarlo nos fuimos sentando, uno tras otro, en torno a la chasca que encendió el Cipri, y asi pasamos la noche, escuchando las historias que alguien, no se quien, cualquiera que fuese, narraba despacito, creando un entorno de magia y misterio del que no queríamos salir.

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO
LO IMPOSIBLE SOLO EXISTE EN TU VIDA

sábado, 8 de junio de 2013

A TI, MI AMIGA, O VICEVERSA.





No puedo darte soluciones para todos los problemas de
la vida, ni tengo respuestas para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte y compartirlo contigo.
No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites estaré junto a ti.
No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes
y no caigas.
Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me
lo pides.
No puedo trazarte limites dentro de los cuales debes
actuar, pero si te ofrezco el espacio necesario para
crecer.
No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te
parta el corazón, pero puedo llorar contigo y recoger
los pedazos para armarlo de nuevo.
No puedo decirte quien eres ni quien deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.
En estos días oré por ti...
En estos días me puse a recordar a mis amistades mas
preciosas.
Soy una persona feliz: tengo mas amigos de lo que
imaginaba.
Eso es lo que ellos me dicen, me lo demuestran.
Es lo que siento por todos ellos.
Veo el brillo en sus ojos, la sonrisa espontánea y la
alegría que sienten al verme.
Y yo también siento paz y alegría cuando los veo y
cuando hablamos, sea en la alegría o sea en la
serenidad, en estos días pense en mis amigos y amigas,
entre ellos, apareciste tu.
No estabas arriba, ni abajo ni en medio.
No encabezabas ni concluías la lista.
No eras el numero uno ni el numero final.
Lo que se es que te destacabas por alguna cualidad que
transmitías y con la cual desde hace tiempo se
ennoblece mi vida.
Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero, el
segundo o el tercero de tu lista.
Basta que me quieras como amigo.
Entonces entendí que realmente somos amigos.
Hice lo que todo amigo:
Oré... y le agradecí a Dios por ti.



(Jorge Luis Borges)






Escucharte, y acoplar entre mis manos tus mundos, tus sueños, tus problemas. ponerme en tu piel y sentir lo que sientes como si fuera mío el dolor cuando lo tienes o la alegría cuando te llena. O viceversa.

Visualizar los momentos que me cuentas y dejarte hablar de ellos sin complejos. O viceversa. Confesarte y confesarme sin congojas ni tabúes, sin condicionantes de sexo o de mojigatas y edulcoradas frases "convenientes", libres para hablar de todo al saberlo todo, libres de escucharlo todo al comprenderlo todo, el uno del otro, el otro del uno.

Sin cadenas sentimentales que delimiten ni me fuercen a enterrarte entre lineas inventadas por las que tu no te muevas, o viceversa. Dejarte correr por tus ideas y animarte a desarrollarlas aunque no las comparta, o ver como te lanzas al vacío y mirar como sonríes al hacerlo sonriendo al mismo tiempo yo, al verte flotar entre nubes, contenta, feliz.O viceversa. Y llorar contigo cuando tus ojos sudan y prestarte mi hombro y mi pañuelo mientras preparo una copa y me dispongo a escucharte, o viceversa, cuando me apoyo en tí para seguir caminando contándote mis historias mientras dejas lo tuyo para más tarde, priorizando lo mío a cualquier cosa, o viceversa.

Y es que soy tu amigo, solo eso, tu amigo, o todo eso, tu amigo, y viceversa, y ni quiero nada de ti, ni espero nada de ti, tan solo tu oido, tu palabra y tu mano para levantarme apoyado en tu amistad, o viceversa.

viernes, 7 de junio de 2013

LA CARTA






Cuando te voy a escribir
se emocionan los tinteros:
los negros tinteros fríos
se ponen rojos y trémulos,
y un claro calor humano
sube desde el fondo negro.

Cuando te voy a escribir,
te van a escribir mis huesos:
te escribo con la imborrable
tinta de mi sentimiento.

Allá va mi carta cálida,
paloma forjada al fuego,
con las dos alas plegadas
y la dirección en medio.

Ave que sólo persigue,
para nido y aire y cielo,
carne, manos, ojos tuyos,
y el espacio de tu aliento.

Y te quedarás desnuda
dentro de tus sentimientos,
sin ropa, para sentirla
del todo contra tu pecho.
Aunque bajo la tierra
mi amante cuerpo esté,
escríbeme a la tierra,
que yo te escribiré.


(Miguel Hernández)





Y el viento del sur me trae palabras, pensamientos plasmados en las fibras de árboles triturados para formar el papel que ahora tengo entre mis manos, alegres manos en las que los dedos cobran vida propia siguiendo cada carácter, señalando cada punto, jugueteando con las tildes y siguiendo el contorno sinuoso de las letras torcidas hacia la izquierda que, retratando sus sentimientos, se me clavan como pequeños dardos en el alma enganchada en aquella tierra lejana en el tiempo pero que por eso del juego del aire entre montañas llega hasta mi buzón, al lado de mi puerta, llamando directamente al corazón, enfermo de amor por ella.

Nunca supo la cartera que no fue nada más que la racha final del viento que lanzó sobre la ventana susurros de amores tempranos, besos silenciosos con la firma de un " te quiero", el sentir maduro de su palabra.