ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.

ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.
Casi sin pensarlo nos fuimos sentando, uno tras otro, en torno a la chasca que encendió el Cipri, y asi pasamos la noche, escuchando las historias que alguien, no se quien, cualquiera que fuese, narraba despacito, creando un entorno de magia y misterio del que no queríamos salir.

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO
LO IMPOSIBLE SOLO EXISTE EN TU VIDA

martes, 10 de noviembre de 2009

MADRE, MI MADRE.




No las grandes verdades yo te pregunto, que
No las contestarías; solamente investigo
Si, cuando me gestaste, fue la luna testigo,
Por los oscuros patios en flor, paseándose.

Y si, cuando en tu seno de fervores latinos
Yo escuchando dormía, un ronco mar sonoro
Te adormeció las noches, y miraste, en el oro
Del crepúsculo, hundirse los pájaros marinos.


Porque mi alma es toda fantástica, viajera,
Y la envuelve una nube de locura ligera
Cuando la luna nueva sube al cielo azulino.


Y gusta, si el mar abre sus fuertes pebeteros.
Arrullada en un claro cantar de marineros
Mirar las grandes aves que pasan sin destino.

Alfonsina Storni



En la fotografía dos de las mujeres que más he amado, que más amo, mi madre y mi hija pequeña. Una me ha dejado hace tan solo cuatro días, es la raiz, el tronco, el árbol del que salimos las ramas. La otra es el tierno brote en el que se eterniza la obra de esa maravillosa mujer que ya no está con nosotros.

Se marchó, casi en silencio, como se marchan las personas que no dejan nada atrás que les lastre en el camino. Se marchó y ahora recuerdo los momentos que pude haberla ido a ver y no fuí; los instantes en que entre la conversación podía haber intercalado un te quiero y no lo hice; la necesidad inagotable que sentía esta maravillosa mujer de ser abrazada, besada, querida, y las veces que desaproveché haberla dado más besos.

Ahora, que ella está donde el tiempo no corre, a mi me gustaría que retrocedieran las agujas del reloj, que volvieran de la basura las hojas de meses, de años pasados en los calendiarios, de volver a tenerla en mis brazos y decirla lo que la quería, lo que te quiero, madre. Solo me quedan los recuerdos, la esperanza de encontrarte algún día, cuando también yo me marche, y decirte entonces todo lo que no te dije lo suficiente cuando pude. Te quiero, madre, te quiero por como eras, por los sacrificios que hiciste por nosotros, por el amor que nos diste y el que nos inspiraste, por enseñarme que lo importante es decir lo que se siente cuando se siente, (aunque no siempre te hice caso en eso), por enseñarme a que llorar no solo es cosa de mujeres, por hacerme ver y sentir la vida que nos rodea, por empeñarte en que viera milagros hasta en las cosas más insignificantes y pequeñas, por querer los colores, por buscarlos, por enseñarme a no odiar y que amando se consigue más y mejor en cuanto a felicidad se trata. Que más importante es la persona que el dinero, los sentimientos a lo material, la verdad a la mentira aunque sea esta piadosa, a.....

Por tantas te quiero, por tantas cosas te estoy en deuda.
Dios, como te echo de menos, y cuanto, cuanto te quiero.

sábado, 5 de septiembre de 2009

...Y SI NO, COMO DECÍA AQUEL, ...OS QUEDAN LAS PALABRAS



Quizás los corazones que no dejan de absorber colores, que se emocionan por el despertar de una pequeña brizna de hierba entre el cemento de la acera, o al oler la húmeda tierra antes de que la lluvia caiga, quizás, solo quizás, se agotan antes. Quizás el corazón tenga un tope, y cuando está lleno, aunque nosotros continuemos pensando que todavía queda más hueco por llenar, más rocío que beber, más oleajes que disfrutar y que aun podemos disfrutar con ese frío viento del norte golpeando nuestro rostro, quizás la realidad sea otra, y la misma gama colorida de la vida de la que estamos tan enamorados controla nuestro ansia y reparte a cada uno lo que le toca para que no podamos llevarnos todo, como quisieramos y dejemos algo a los demás.

Parece que todo indica que ya está lleno, que no caben más recuerdos agradables, ni muchos más amaneceres ni coloridas despedidas del día con su rojizo hasta mañana en la lejanía en la que se oculta para dejar paso a la bella y dulce cara de la luna con su corte de luceros y estrellas danzarinas. Parece que poco hueco queda para picos hambrientos de polluelos en sus nidos entre la pared y la cornisa, o para ver como el cardo áspero pare a la hermosa flor morada. Ya no se sabe si este adios del atardecer será el último, o mañana, o pasado, o cuando. Ahora habrá que esperar que los demás opinen y hablen sobre si mucho, sobre si poco, es igual, siempre bebí los atardeceres como si fueran los últimos y tomé los amaneceres con la alegría de poder beberme otro ocaso. Así los disfruté todos, al máximo, con la pasión que solo conocen los corazones ansiosos de colores. En fin, ¿quien sabe lo que queda? disfrutemos como si este fuera el último de todos, y si mañana un rayo toca mi ventana y me despierta sabré que aun tengo otro, y si no, como decía aquel, ...os quedan las palabras.

¿PODRÍA ESCRIBIR LOS VERSOS MÁS TRISTES DEL MUNDO? NO, ME ENSEÑASTE LO CONTRARIO.



Poema 20

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "La noche esta estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como esta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.


(Pablo Neruda)(Poema nº 20 de "20 poemas de amor y una canción desesperada")





¿Que te digo yo ahora que no haya dicho el maestro del amor escrito? Si parece que estuvo presente en cualquiera de esas noches estrelladas en las que ellas envidiosas de nosotros jugaban guiñando con sus juegos y carreras para llamar la atención de nuestros ojos, unidos, mirándonos de cerca, respirando el mismo aire, juntando nuestros rostros aislados del resto del mundo, paralizado el tiempo en torno nuestro.

Podría como Pablo, el gran maestro del amor escrito, intentar escribir los versos más tristes del mundo, incluso llorar su ausencia en esta noche, en tantas noches, pero no puedo, no puedo escribir tristezas, porque su recuerdo me acerca a ella, a esas noches estrelladas en las que cada luz era un reflejo de sus ojos. Recuerdo sonriente su risa, su tímida carcajada ante cualquier tontería mía, el calor de su mano entre mis manos, y su cabeza apoyada sobre el hombro que ni atreverme a mover podía por miedo a que se retirará, hurtándome el fresco olor de sus cabellos que aún ahora me invade al pensar en ella.

Podría escribir los versos más tristes del mundo si no hubiera tenido la suerte de conocerte, de amarte. Ahora, ahora ya se que nunca podría escribir los versos más tristes del mundo, me enseñaste que la tristeza no es más que la ausencia de vivencias, de amores, de colores; la rendición del ser ante lo negro.

Dios, como me trae tu figura esta noche estrellada, y que feliz me encuentro, porque sin ti estoy contigo, y te huelo, te siento sentada al lado mío, y noto el dulce peso de tu cabeza en mi hombro, que como siempre dejo quieto por miedo a perderte de nuevo, y es que aún, pese a los años... te quiero.

viernes, 4 de septiembre de 2009

A UNA MARIPOSA QUE PASÓ DE PUNTILLAS, CASI SIN RUIDO. A TI QUE NUNCA SABRÁS DE ESTE PEQUEÑO RECUERDO.

...UNA PEQUEÑA LLAMA ALUMBRANDO SENTIMIENTOS DE DOS DESCONOCIDOS, CADA UNO LOS SUYOS, ...



Los dos vamos nadando
-agua de flores o de hierro-
por nuestras dobles vidas.


-Yo, por la mía y por la tuya;
tú, por la tuya y por la mía-.


De pronto, tú te ahogas en tu ola,
yo en la mía; y, sumisas,
tu ola, sensitiva, me levanta,
te levanta la mía, pensativa.


(Juan Ramón Jiménez)

Fue como un pequeño sueño de verano, el efímero cerrar los ojos sin darnos cuenta al calor del poderoso sol de finales de agosto. Y duró lo que la gota rociera en caer de lo alto de la planta, deslizándose en la hoja hasta llegar al charco de agua, levantando ondas precisas hasta que la quietud vuelve al remanso.

Duró lo que las pequeñas olas, enegía desatada pero que muere en la arena, y asi fue, una pequeña llama alumbrando sentimientos de dos desconocidos, cada uno los suyos, y terminó cuando la combustión no pudo alimentarse con más elementos que la amistad ya permanente aun sabiendo que en recuerdos por la imposibilidad de verse.

Hoy una amiga, mi Hermana, ha dicho que la gota al caer sobre el charquito estaba sola, estaba triste pese a su sonrisa, pero quién puede sostener a la lluvia tenue del rocío y evitar que caiga al suelo despertando de ese sueño momentáneo con el que ascendió más alto formándose casualmente, sin intención, espontánea. Lo siento, la gota cayó en mis manos dejándola escurrirse entre los dedos, y yo lo sabía, mientras ella, inocente, ignoraba su destino, quizás con suerte, mis recuerdos, a lo peor los suyos. Lamentos.

miércoles, 12 de agosto de 2009

MUSICA PARA UNA NOCHE MÁGICA



Las perseidas, las medievales Lágrimas de San Lorenzo, nos mostrarán su espectacular despliegue de luz y fuego, a todos. Caerán las estrellas allí donde unos ojos tengan un instante para observar, para detenerse y mirando al oscuro cielo piense que quizás esa fugaz carrera luminosa ha sido vista al mismo tiempo por quien quieres. No es más que la vieja intención de una estrella fugaz un deseo.

Esta noche, esta mágica noche, para los que no teman detenerse por un tiempo y bajarse del ruido y de la luz artificial, habrá momentos de multiples deseos. El mío particular es que se cumplan los vuestros. Buena noche de magia estelar.

Para el usuario de La Taberna del Mono Rojo que me ha escrito pidiendo la letra, primero la subo como la canta Emma Shapplin y luego la traducción al español.


Quel cuor perdesti
Per un miraggio
Quel cuor tradisti
Odiar di più, non puó !
La mia voce, senti
Il suo dolor... o no ?
La tua sparí
E io, pazza, t'aspetto !

Dimenticar...
O non più vivere
Ormai, salvo...
La notte... la notte... la notte...
Ah !...

Spente le stelle
Col pallido raggio di luna
Piange l'amore
Che si lancia come l'onda poi se ne va
Vuota, la notte
E la sua speranza breve
Ora sgorga l'amaro pianto
Un cuor ferito, disperato passa qua

Dunque fuggisti
I sogni vuoti
Dunque perdersi
I brevi vortici

Dimenticar ( etc... )

Spente le stelle ( etc... )





Falta Tu Estrella - (Spente le Stelle)
Tu me perdiste
,Por un capricho.,
Me traicionaste,,
Te guardaré rencor.,
,
Ahora te arrepientes,,
Pides perdón...perdón...,
Ya no te oigo,,
Ya no tengo corazón.,
,
Hay que olvidar,
Para poder vivir,,
Pero al caer la noche, la noche, la noche...Ah!,
,
Falta tu estrella,
Entre los dedos de la luna.,
Llora mi alma, ,
Porque te busca y sabe bien que ya no estas.,
,
Fria la noche,
Y la esperanza siempre breve,
Pura pena, amargo llanto,,
Un corazón desesperado que se va.,
,
Donde quedaron,
Aquellos sueños.,
Solo dejaron, ,
La sola soledad.,
,
Hay que olvidar,
Para poder vivir,,
Pero al caer la noche, la noche, la noche...Ah!,

Falta tu estrella,
Entre los dedos de la luna.,
Llora mi alma,,
Porque te busca y sabe bien que ya no estas., ,

Fria la noche,
Y la esperanza siempre breve,
Pura pena, amargo llanto,,
Un corazón desesperado que se va., ,

Fria la noche,
Y la esperanza siempre breve,
Pura pena, amargo llanto,,
Un corazón desesperado que se va.,

...NO CORREN NI EL TIEMPO NI LOS AÑOS...




A trabajos forzados me condena
mi corazón, del que te di la llave.
No quiero yo tormento que se acabe,
y de acero reclamo mi cadena.

Ni concibe mi mente mayor pena
que libertad sin beso que la trabe,
ni castigo concibe menos grave
que una celda de amor contigo llena.

No creo en más infierno que tu ausencia.
Paraíso sin ti, yo lo rechazo.
Que ningún juez declare mi inocencia,

porque, en este proceso a largo plazo
buscaré solamente la sentencia
a cadena perpetua de tu abrazo.

(Antonio Gala)

Es cierto que me pierdo rodeado de amor por todas partes, inmerso en un océano de sentimientos que recibo anclado entre las olas de ese embite amoroso de sentidos que me acompaña, bien en sueños, bien despierto, pero motor de vida en ese mundo en el que no corren ni el tiempo ni los años, tan solo avanza lo que siento, y que es tan grande, tan hermoso, que con eso me conformo, sabiendo que no estoy solo mientras las olas acaricien la arena de esa Isla Felicidad en que me encuentro.

domingo, 9 de agosto de 2009

SOPORTE DE PESCADORES DE SÁBADO POR LA NOCHE...






Solo, estoy solo: viene el verso amigo,
Como el esposo diligente acude
De la erizada tórtola al reclamo.
Cual de los altos montes en deshielo
Por breñas y por valles en copiosos
Hilos las nieves desatadas bajan
Así por mis entrañas oprimidas
Un balsámico amor y una avaricia
Celeste, de hermosura se derraman.
Tal desde el vasto azul, sobre la tierra,
Cual si de alma de virgen la sombría
Humanidad sangrienta perfumasen,
Su luz benigna las estrellas vierten
Esposas del silencio! -y de las flores
Tal el aroma vago se levanta.

Dadme lo sumo y lo perfecto: dadme
Un dibujo de Angelo: una espada
Con puño de Cellini, más hermosa
Que las techumbres de marfil calado
Que se place en labrar Naturaleza.
El cráneo augusto dadme donde ardieron
El universo Hamlet y la furia
Tempestuosa del moro: -la manceba
India que a orillas del ameno río
Que del viejo Chichén los muros baña
A la sombra de un plátano pomposo
Y sus propios cabellos, el esbelto
Cuerpo bruñido y nítido enjugaba.
Dadme mi cielo azul..., dadme la pura,
La inefable, la plácida, la eterna
Alma de mármol que al soberbio Louvre
Dio, cual su espuma y flor, Milo famosa.

Jose Martí




Solo, en el límite, sacando lo mejor de cada golpe, aunque cada uno que llega le robe algo suyo, pero ahí resiste, cobijando a quien por sus grietas encuentra refugio, amparando y defendiendo su necesidad de ser, justificando su existencia en la tozudez del resistir cada embate, cada embiste. Soporte de pescadores de sábado por la noche y testigo de amores etilicos empapados sobre su espalda. A nadie pregunta y a todos contesta, con el silencio de los hechos, sin palabras, ofreciéndose a quién lo quiera. Valiente roca en el borde, pie de playa adentrándose en la mar. Trinchera terrestre, mampara granítica entre olas. Resistencia, resistencia sin fín.

lunes, 3 de agosto de 2009

OJALÁ....



Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal.
Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo.
Ojalá que la luna pueda salir sin ti.
Ojalá que la tierra no te bese los pasos.

Ojalá se te acabe la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto:
una luz cegadora, un disparo de nieve.
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte,
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones:
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones.

Ojalá que la aurora no dé gritos que caigan en mi espalda.
Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz.
Ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado.
Ojalá que el deseo se vaya tras de ti,
a tu viejo gobierno de difuntos y flores.

Silvio Rodríguez





Como gasto papeles recordándote
como me haces hablar en el silencio
como no te me quitas de las ganas
aunque nadie me ve nunca contigo
y como pasa el tiempo que de pronto son años
sin pasar tú por mi, detenida

Te doy una canción
si abro una puerta
y de las sombras sales tú,
te doy una canción de madrugada
cuando mas quiero tu luz,
te doy una canción
cuando apareces
el misterio del amor
y si no no apareces
no me importa
yo te doy una canción.

Si miro un poco afuera me detengo
la ciudad se derrumba
y yo cantando
la gente que me odia y que me quiere
no me va ha perdonar
que me distraiga,
creen que lo digo todo
que me juego la vida
porque no te conocen
ni te sienten.

Te doy una canción y hago un discurso
sobre mi derecho ha hablar,
te doy una canción
con mis dos manos
con las mismas de matar,
te doy una canción
y digo patria
y sigo hablando para ti,
te doy una canción
como un disparo
como un libro
una palabra
una guerrilla...
como doy el amor.


Silvio Rodríguez

domingo, 2 de agosto de 2009

...ME MORIRÍA AL DEJAR DE SENTIR.

Me pregunto por ti
Me pregunto las más sencillas cosas,
ese porqué, que acaso nadie sabe,
costumbre de vivir sin rumbo fijo.

Me pregunto por ti desde el umbral
como el que dice al aire «buenos días»,
y de pronto descubre que está solo.

Me pregunto palabras sin respuesta,
tal vez para dejar en el recuerdo
tu presencia grabada hora tras hora.


@Concha Lagos

Si pudiera arrancar tus recuerdos de mi me moriría, me moriría al dejar de sentir. Si pudiera alejar de mis sueños tu compañía, no dormiría para despierto soñar y contemplarte de nuevo. Si pudiera perder en el pozo del olvido tu figura, el sonido de tus palabras y el olor a ti, caerían sobre mi mente los años que sobre el cuerpo representan mi edad. Envejecería de la peor manera posible, viejo de espíritu, cansada el alma sin camino, y finalmente me apagaría perdidas las imágenes, los sonidos, los olores, tu presencia que me mantiene en pie, perdida la razón en la consciencia.

miércoles, 8 de julio de 2009

...RENACERÉ ENTRE EL ASFALTO DURO Y NEGRO DE LA BÚSQUEDA...


Yo seré a tu lado,
silencio, silencio,
perfume, perfume,
no sabré pensar,
no tendré palabras,
no tendré deseos,
sólo sabré amar.

Cuando el agua caiga monótona y triste
buscaré tu pecho para acurrucar
este peso enorme que llevo en el alma
y no sé explicar.

Te pediré entonces tu lástima, amado,
para que mis ojos se den a llorar silenciosamente,
como el agua cae sobre la ciudad.

Y una noche triste, cuando no me quieras,
secaré los ojos y me iré a bogar
por los mares negros que tiene la muerte,
para nunca más.

(Alfonsina Storni)


Si fuera silencio a tu lado sería para dar paso al lenguaje de las manos, de los cuerpos, de las miradas, pero sin pesos que descargar en tu pecho, ni penas que sacudirme del alma; libre, completamente libre para estar contigo compartiendo los momentos, nuestros momentos, para que cuando en una noche radiante, nada quede por decirnos, con la fuerza de las flores, renacer entre el asfalto duro y negro de la búsqueda, ansioso por dar de nuevo paso a los sentidos, a las miradas, y que callen las palabras, olvidadas, innecesarias, desterradas.

lunes, 6 de julio de 2009

SIENTO MIEDO DE NO PODER APURAR TANTO




Un anciano consume su tabaco
en la vieja cachimba de nogal.
La tarde es solamente un cielo opaco
y el recuerdo amarillo de un rosal.

El anciano dormita...
Es tan triste la tarde para ver
un reloj descompuesto, y la infinita
crueldad de un calendario con la fecha de ayer.

Y silencio, un silencio propicio
para rememorar cómo canta una boca la lectura
de la antigua conseja familiar.

En el fino paisaje se depura
una tristeza del atardecer,
y el reloj descompuesto parece una dolida
conciencia de caoba en la pared.

Una pobre conciencia, cuya charla
con la vieja cachimba de nogal
es el agrio murmullo de un postigo
y el recuerdo amarillo del rosal.

(Jose Gorostiza a Bernardo Ortiz de Montellano)

Cuando descubro en las arrugas de un abuelo centenario miles de amaneceres apropiados, y en sus ojos la satisfacción de ver un nuevo atardecer, quizás el último, pero apurando hasta que el negro velo de la noche se apodere del espacio el rojizo adios del día al acostarse, siento miedo de no poder disfrutar tantos rayos primerizos entrando por la ventana empujando a levantarme.

Ojos arrugados, casi cerrados, pero vivarachos y brillantes por el saber aprendido con el disfrute que desde el primer día observaron. Siento miedo de no poder apurar tanto, que se me pare el reloj y cualquier atardecer el adios sea definitivo. Me queda tanto todavía por sentir...

domingo, 5 de julio de 2009

SOY DE AMOR QUE NO TRISTEZA



También en los supuestos de la nada,
el amor se presiente en la querella
de una futura creación: doncella
sabiéndose fecunda, recreada.

Antes de ser mi vida inaugurada,
fui barro enamorado de una huella,
de un talle vegetal, de alguna estrella...
Yo estoy hecho de tierra enamorada.

Y enamorado estoy de ti, y sustento
este amor enraizado y presentido
más allá de la vida y el momento.

Enamorado sin haber nacido,
y ahora tan muerto y nada, que presiento
la tierra enamorada que ya he sido.


(Javier de Bengoechea)


Cuando las luces del día se retiran y la calma vuelve a mi entorno, agradecido por el pasar del día con lo que me trajo de añadido, toco con los pies desnudos la tierra y noto esa fuerza con la que renuevo mis votos de amarre a la existencia, confirmando que como ella, soy de amor que no tristeza.

miércoles, 1 de julio de 2009

...MIENTRAS AQUÍ, QUIZÁS ALGUIEN, ALGÚN DÍA, AL LEVANTAR UNA COPA ME RECUERDE Y ...





También en primavera mueren los cisnes
y ahí flotaba
muerto un domingo
girando de lado
en la corriente
y fui hasta la rotonda
y distinguí
dioses en carros,
perros, mujeres
que giraban,
y la muerte
se me precipitó garganta abajo
como un ratón,
y oí llegar a la gente
con sus canastos de camping
y sus risas
y me sentí culpable
por el cisne
como si la muerte
fuese algo vergonzoso
y me alejé
como un idiota
y les dejé
mi hermoso cisne


(Charles Bukowski)


Igual de bello es el amanecer que el atardecer, tan solo los diferencia las cantidades inmensas de extraordinarios episodios sucedidos entre uno y otro. Igual de bello es el nacimiento de un ser que la despedida de éste; la diferencia está en nuestros ojos, si somos capaces de ver la marcha al terminar un ciclo como episodio anunciador de un nuevo amanecer o simplemente quedarnos con la frialdad del cuerpo inerte.

Cuando vengan la pareja de cisnes a buscarme quisiera que nadie se alejara como idiota avergonzado, antes bien al contrario se alegraran de mi marcha, celebrando conmigo el despertar en un lugar nuevo del que formaré parte, mientras aquí, quizás alguien, algún día, al levantar una copa me recuerde y brinde por mi, vagabundo viajero en el tiempo, allí donde me encuentre.

martes, 30 de junio de 2009

...Y MOVER LOS CABELLOS DORADOS DE LA TIERRA PREÑADA DE GRANO.



Todavía hay gente que al viento le llama céfiro,
y hay quien a lo cursi lo llama poesía,
y a la Poesía, locura.
Todavía hay quien canta a la luna.
¡Yo canto a los hombres de la luna!
A los arrabales de la luna,
a los ríos de leche de la luna;
pero todavía hay gente que se asusta,
se asusta cuando una mujer se pone las botas
para pisar mejor el barro,
se asustan porque somos listos,
porque Dios está con nosotros;
ven que nos quemamos y no comprenden las llamas;
porque componemos canciones previsoras
y al avisar gritamos;
porque en nuestros versos
no hablamos de lo que siempre se habló en los versos:
las olas, la boca, los pájaros.
¿Quien dice que en nuestros versos no hay pájaros?
¿Qué son estos gritos si no aves heridas?
No amar lo caduco, lo seco, lo blando.
¡Los poetas amamos a la sangre!
A la sangre encerrada en la botella del cuerpo,
no a la sangre derramada por los campos,
ni a la sangre derramada por los celos,
por los jueces,
por los guerreros;
amamos a la sangre derramada en el cuerpo,
a la sangre feliz que ríe por las venas,
a la sangre que baila cuando damos un beso.
Cantamos al amor.
A lo fresco.
A lo puro.
¡Estamos hartos de cuentos!
¡Y que aprendan los ñoños que el viento es el viento!
Y que cuando se ama, se ama,
y que sólo es pecado el mal comportamiento.

(Gloria Fuertes)


Con lo fácil que es mirar alrededor y disfrtutar sintiéndose parte de ello, sin tener que buscar la belleza por caminos llenos de dificultades para al final no encontrarla por no darnos cuenta que siempre estuvo allí, al lado nuestro, sencilla y sin esconderse, acompañando cada paso, cada minuto, cada momento.

El viento es viento dice Gloria y asi es, solo viento, con toda su fuerza, con toda su fortaleza para correr libremente y mover los cabellos dorados de la tierra preñada de grano. Y Gloria, querida y añorada Gloria, hay otro pecado más, el de la falta de amor, la desgracia de no encontrar la capacidad de amar, de sentir, de vivir. Ese es el gran pecado...y la gran condena.

lunes, 29 de junio de 2009

LA MARIPOSA AZUL

...CUANDO ENTRASTE CON LA LLAVE QUE CONSERVAS.

Tú y yo, los dos, bajo la luz del día,
bajo la luz que dura en lo inocente,
¡Oh, sí, los dos, bajo la luz riente
queremos ser! Queremos... Yo querría.


Contra la sombra o la melancolía,
contra las injusticias del presente,
quién te tuviera siempre, siempre... ¡Tente
amor pequeño, campo de alegría!


Y aquí los dos mirándonos. sin vernos.
Aquí los dos hablando. Sin oírnos.
Buscándonos a tientas. Sin tenernos.


Y el tiempo ya empujándonos a un irnos
inacabable. No podemos sernos
jamás. Entrando siempre en el morirnos.


(Carlos Bousono)



Anoche de nuevo me visitaste en sueños. Entraste con la llave que siempre has tenido y me sorprendiste pensando en ti. Cogiste mi mano y volamos, como siempre, a otros lugares, desconocidos a veces pero en los que me encuentro tranquilo por muy oscuros que sean, sabiendo que nuestra presencia es suficiente para que colores victoriosos hagan que se retire avergonzada la oscuridad.


Anoche volé contigo hasta nuestros lugares secretos, aquellos donde el aire huele a ti y donde a menudo, cuando vienes, acudimos en esos encuentros clandestinos a los que desde hace años somos tan habituales.


Cuando abrí los ojos guardaba en mi mano el pétalo de una rosa azul, recuerdo del hechizo nocturno a tu lado. Misterios de un tiempo vivido mientras dormía cuando entraste con la llave que conservas.


viernes, 26 de junio de 2009

...COMO TU PRESENCIA SE ABRE PASO ENTRE EL TIEMPO



A menudo en el monte, bajo algún viejo roble,
viendo el sol que se pone tristemente me siento;
dejo que todo el llano mis miradas abarquen,
el cambiante paisaje que se extiende a mis pies.

Aquí el río con olas espumosas murmura,
serpentea y se pierde en oscuros confines;
allí inmóvil el lago es un agua dormida,
con la estrella de Venus adornando su azul.

En la cima, que bosques muy sombríos coronan,
el crepúsculo pone su fulgor postrimero;
y el brumoso carruaje que conduce las sombras
emblanquece, elevándose todo el amplio horizonte.

De la gótica flecha surge entonces un son
religioso que invade todo el aire; el viajero
se detiene y escucha la campana que mezcla
a los últimos ruidos de aquel día su canto.

Pero halagos así no conmueven mi alma,
que parece insensible, incapaz de emoción;
y contemplo la tierra como un vago fantasma:
no calienta a los muertos este sol de los vivos.

De colina en colina pongo en vano mis ojos,
desde el norte hasta el sur, de la aurora al poniente,
y me digo: «No existe ni un lugar en el mundo
donde pueda pensar que me espera la dicha».

¿Qué me importan los valles, los palacios, las chozas?
Sus encantos son vanos, para mí nada cuentan.
Ríos, montes y bosques, soledades amadas,
sólo un ser está ausente y todo es un desierto.

Miraré indiferente los caminos del sol,
qué más da si en su inicio o en su parte final;
si se pone o si nace entre nubes o azul,
¿a mí el sol qué me importa? Nada espero del día.

Si pudiera seguirle en su larga carrera
por doquier yo vería el vacío y el páramo.
Nada quiero de todo lo que el sol ilumina,
nada quiero tener del inmenso universo.

Mas tal vez más allá de su curva celeste,
donde el sol verdadero otros cielos alumbra,
si pudiera dejar mis despojos aquí
lo que tanto he soñado se mostrara a mis ojos.

Allí me embriagaría en la fuente deseada
y volviera a encontrar esperanza y amor,
ese bien ideal al que aspiran las almas
y que no tienen nombre aquí abajo en la tierra.

¡Si pudiera en el carro de la Aurora elevarme
vago fin de mis ansias, en el cielo hasta ti!
¿Por qué aún sigo atado a esta tierra de exilio?
Entre la tierra y yo nada existe en común.

Cuando la hoja del bosque cae sobre los prados,
cuando el viento nocturno la arrebata a los valles,
yo quisiera también ser esa hoja caída:
¡Arrastradme como ella, aquilones, borrascas

(Alphonse de Lamartine)


Sentado en el atardecer del verde campo, bajo la protectora sombra de un árbol, descubro entre la hojarasca y las ramas muertas como la vida se abre paso entre las sombras de la dura sequedad de las ramillas caidas, recordando como tu presencia se abre paso entre el tiempo, descubriéndome que no murió nada de lo nuestro mientras en la rojiza puesta tu silueta se asome a saludarme mientras absorto veo la caida del día mientras algun punto de luz brillante anuncia la pronta llegada de la noche.

miércoles, 24 de junio de 2009

EL CALORCITO DE LA MANO AMADA SOBRE EL HOMBRO, PRESIONANDO LEVEMENTE...



Momentos felices
Cuando llueve, y reviso mis papeles, y acabo
tirando todo al fuego: poemas incompletos,
pagarés no pagados, cartas de amigos muertos,
fotografías, besos guardados en un libro,
renuncio al peso muerto de mi terco pasado,
soy fúlgido, engrandezco justo en cuanto me niego,
y así atizo las llamas, y salto la fogata,
y apenas si comprendo lo que al hacerlo siento,
¿no es la felicidad lo que me exalta?

Cuando salgo a la calle silbando alegremente
--el pitillo en los labios, el alma disponible--
y les hablo a los niños o me voy con las nubes,
mayo apunta y la brisa lo va todo ensanchando,
las muchachas estrenan sus escotes, sus brazos
desnudos y morenos, sus ojos asombrados,
y ríen ni ellas saben por qué sobreabundando,
salpican de alegría que así tiembla reciente,
¿no es la felicidad lo que siente?

Cuando llega un amigo, la casa está vacía,
pero mi amada saca jamón, anchoas, queso,
aceitunas, percebes, dos botellas de blanco,
y yo asisto al milagro --sé que todo es fiado--,
y no quiero pensar si podremos pagarlo;
y cuando sin medida bebemos y charlamos,
y el amigo es dichoso, cree que somos dichosos,
y lo somos quizá burlando así a la muerte,
¿no es felicidad lo que trasciende?

Cuando me he despertado, permanezco tendido
con el balcón abierto. Y amanece: las aves
trinan su algarabía pagana lindamente:
y debo levantarme, pero no me levanto;
y veo, boca arriba, reflejada en el techo
la ondulación del mar y el iris de su nácar,
y sigo allí tendido, y nada importa nada,
¿no aniquilo así el tiempo? ¿No me salvo del miedo?
¿No es felicidad lo que amanece?

Cuando voy al mercado, miro los abridores
y, apretando los dientes, las redondas cerezas,
los higos rezumantes, las ciruelas caídas
del árbol de la vida, con pecado sin duda
pues que tanto me tientan. Y pregunto su precio,
regateo, consigo por fin una rebaja,
mas terminado el juego, pago el doble y es poco,
y abre la vendedora sus ojos asombrados,
¿no es la felicidad lo que allí brota?

Cuando puedo decir: el día ha terminado.
Y con el día digo su trajín, su comercio,
la busca del dinero, la lucha de los muertos.
Y cuando así cansado, manchado, llego a casa,
me siento en la penumbra y enchufo el tocadiscos,
y acuden Kachaturian, o Mozart, o Vivaldi,
y la música reina, vuelvo a sentirme limpio,
sencillamente limpio y, pese a todo, indemne,
¿no es la felicidad lo que me envuelve?

Cuando tras dar mil vueltas a mis preocupaciones,
me acuerdo de un amigo, voy a verle, me dice:
"Estaba justamente pensando en ir a verte."
Y hablamos largamente, no de mis sinsabores,
pues él, aunque quisiera, no podría ayudarme,
sino de cómo van las cosas en Jordania,
de un libro de Neruda, de su sastre, del viento,
y al marcharme me siento consolado y tranquilo,
¿no es la felicidad lo que me vence?

Abrir nuestras ventanas; sentir el aire nuevo;
pasar por un camino que huele a madreselvas;
beber con un amigo; charlar o bien callarse;
sentir que el sentimiento de los otros es nuestro;
mirarse en unos ojos que nos miran sin mancha,
¿no es esto ser feliz pese a la muerte?
Vencido y traicionado, ver casi con cinismo
que no pueden quitarme nada más y que aún vivo,
¿no es la felicidad que no se vende?

(Gabriel Celaya)


El calorcito de la mano amada sobre el hombro al pasar por detrás mía, presionando levemente mientras levanto la botella para servir un vino al amigo de visita.

La mirada cómplice desde el umbral de la puerta, morritos sonrientes a escondidas de la conversación con el tercero, mientras una mancha de salsa resalta el blanco impoluto de la camiseta con olores amados adheridos a ella.

Celebras con el amigo su presencia mientras atento esperas los pequeños gestos de la persona amada, ajeno el visitante a la catarata de signos y símbolos que transcurren detrás de él, ignorante del cruce de miradas que atraviesan el espacio estrecho de la pequeña habitación.

Imposible concentrarte en los problemas, ¿son problemas? que intenta transmitirte el contertulio. Le oigo pero no lo escucho, mientras sin oirla acudo con la mirada a la llamada desde el sillón en que reposa y simula atención quien me guiña los ojos con picardía y complice sentimiento cuando el otro no mira.

Estoy fuera, en el espacio con ella, cruzando nuestras manos mientras en la habitación permanece un cuerpo absurdamente sentado manteniendo una conversación sin sentido, sin pensarlo, más un monólogo del otro, mientras levanto el vaso brindando por ella, por el encuentro abierto y el cruce espiritual de nuestros cuerpos.

lunes, 22 de junio de 2009

...COMPAÑERAS FLUVIALES, PEREGRINAS CAMARADAS DE CAMINITOS VITALES.



Tu voz puebla de lirios
los barrancos soleados donde silban mis versos
de combate.
Tu voz siembra de estrellas y de azul
el cielo pequeñito de mi alma.
Tu voz cae en mi sangre
como una piedra blanca en un lago tranquilo.
En mi pecho amanecen pájaros y campanas
cuando muere el silencio para nacer tu voz.


Amo tu voz cuando cantas
y hay un temblor de nidos y de bosques en tu
garganta blanca.
Amo tu voz cuando cantas
y te estremece el ritmo de las fuentes que bajan de
la montaña.
Amo tu voz cuando cantas
y sacude tu voz la ternura fecunda
de las brisas que transportan el polen en las tardes
de primavera.
Amo tu voz cuando estás en silencio
porque el silencio es un sutil presagio de tu voz.


Y amo tu voz con un amor intenso como la muerte
cuando ella se deshoja en palabras confusas,
en palabras mojadas de tu aroma y tu sangre,
en menudas palabras que en la sombra me buscan
como niños perdidos,
en palabras quemantes como llamas azules,
en el tibio murmullo que no llega a palabra.
Amo tu voz intensamente en el corazón de la medianoche.
Cuando tu voz se abrasa en la selva incendiada de
nuestro amor.


(Miguel Otero Silva)

Cuando al amanecer, tu voz amplificada en el revuelo escenificado de los piares de los gorriones que comparten, ocupas desvergonzados, casa conmigo, me anuncia que terminó el sueño nocturno dando paso a la alegra mañana, te escucho y comprendo que aun sigo formando parte de ello.

Cuando el golpe del agua al caer penetra por mi ventana anunciando con tu voz que continua ininterrumpido el cauce de vida que se alarga en la distancia hasta el mar, anunciando que el camino continua y debo seguirlo, como la gota que cayendo de la nube se sumerge entre sus compañeras fluviales, peregrinas camaradas de caminitos vitales.

Cuando el silencio que me apresa sin quererlo en mi sueño nocturno deja paso a tu voz, presente en cada ruido, en cada sonido que me llega despertando los sentidos adormecidos por la inconsciencia del descanso obligado, me avisa de tu presencia y de la mía en ese hermoso concierto generado por el crecer de la hierba, los pasos saltarines del ave en el parque y la voz del vendedor de cupones en la esquina de la casa. Orquesta sin batuta descubierta, pero con una partitura bella, bellísima que se repite cada día. Solo es necesario abonarse a esos conciertos y sumarme con mis ruidos a la diaria sinfonía de la que forma parte tu voz, esa voz que, hechicera, me demuestra cada día que estoy vivo y despierto.

domingo, 21 de junio de 2009

...EN COMPLICIDAD CON EL QUE SABE ESPERAR EL MOMENTO TRASCENDENTAL EN EL QUE UNO SE FUNDE CON EL TODO...


Era más romántico quizá cuando
arañaba la piedra
y decía por ejemplo, cantando
desde la sombra a las sombras,
asombrado de mi propio silencio,
por ejemplo: "hay
que arar el invierno
y hay surcos, y hombres en la nieve"
Hoy las arañas me hacen cálidas señas desde
las esquinas de mi cuarto, y la luz titubea,
y empiezo a dudar que sea cierta
la inmensa tragedia
de la literatura.


(Leopoldo Maria Panero)

Siempre me he preguntado porqué la mayoría de los poetas son tan tristes; porqué cuando ven la oscuridad de la noche invandiendo el espacio solo ven eso, la oscuridad y no ven ese negro como el lienzo en el que la vida traza los surcos brillantes que caracterizan y diferencian lo gris de lo vivo.

Entiendo que el poeta hoy invitado a nuestro blog empiece a dudar de la inmensa tragedia de la literatura, pues debería contemplar la inmensa grandeza de la vida retratada en cada punto de luz que resalta la negra noche. Incluso la noche oscura es hermosa y necesaria cuando difuminada deja paso al victorioso amanecer que invadiendo con colores anaranjados rompe la monótona espera del triste poeta ante el folio en blanco de la incomprensión de la belleza en la que se encuentra sumergido.

En un momento dado no solo las arañas hacen cálidas señas, sino hasta las verdeoscuras nubes de la noche ayudan a la luna a guiñarnos un ojo en complicidad con el que sabe esperar el momento trascendental en el que uno se funde con el todo pasando a ser un elemento más de los miles que, aun en la oscuridad, conforman la dulce y bella faz del movimiento vital.

viernes, 19 de junio de 2009

QUIZÁS BAJO LOS ADOQUINES NO ESTÉ LA PLAYA PERO SI LA MADERA DEL PISO DEL ESCENARIO



Abro a la mañana de un blanco lunes
la ventana, y la calle indiferente
roba entre su luz y sus rumores
mi presencia infrecuente entre las hojas.
Este moverme... en días totalmente
fuera del tiempo que parecía consagrado
a mí, sin regresos ni paradas,
espacio lleno todo de mi estado,
casi prolongación de la existencia
mía, de mi calor, del cuerpo mío...
y se ha truncado... Estoy en otro tiempo,
un tiempo que dispone sus mañanas
en esta calle que yo miro, ignoto,
en esta gente fruto de otra historia

(Pier Paolo Passolini)

Y si alguien desde fuera se fijara en nuestro mundo , ¿no vería un pequeño escenario en el que todas las piezas encajan y son necesarias? Mi mundo sería tu mundo, mi hora sería tu hora, y los mismos colores de la aurora y el ocaso se fundirían en uno, con matices a lo largo de la escena. Y seríamos todos precisos, sin poder faltar ninguno, pues todos seriamos parte de la trama, ¿pensada por alguien? ¿ideada por alguien? Conozco a uno que dice que la casualidad es cuando Dios no quiere firmar sus acciones, prefiere el anonimato, pero de ser un Dios, que capacidad de adecuar el guión a cada uno para que tardemos en comprender que tu vida y la mía, y el paso de aquel perro junto al piar del pollo de golondrina en el nido están ya programados para que todos juntos conformen lo que pensamos mundo.

Quizás bajo los adoquines no esté la playa pero si la madera del piso del escenario en el que nos toca interpretar diferentes papeles no elegidos, ¿o si?, hasta que no se sabe muy bien quien, poniendose en pie aplaude dando final al papel de cada uno, ¿o somos nosotros mismos los que tenemos la capacidad sin saberlo de aplaudirnos o abuchearnos por nuestra propia actuación?

No se, pero el pensar que ese alguien que mirara desde fuera nos vería a ti y a mi al mismo tiempo en la misma escena, me acerca aun más a tu presencia, levantándome y aplaudiendo al fenomenal guionista que escribió nuestros papeles, ¿o fuimos nosotros?

jueves, 18 de junio de 2009

...NUESTRA PARTICIPACIÓN EN LA OBRA TEATRAL DEL MUNDO; SIGLOS EN CARTELERA Y CONTINUA LLENO EL PATIO DE BUTACAS CADA TARDE.



Yo no sé lo que busco eternamente
en la tierra, en el aire y en el cielo;
yo no sé lo que busco; pero es algo
que perdí no sé cuando y que no encuentro,
aun cuando sueñe que invisible habita
en todo cuanto toco y cuanto veo.
Felicidad, no he de volver a hallarte
en la tierra, en el aire, ni en el cielo,
y aun cuando sé que existes
y no eres vano sueño!

(Rosalía de Castro)

No recuerdo haber perdido ni un solo momento de la explosión que produce en mis sentidos la visión colorida de la vida y que absorbe cada gris que aparece en horizontes tranformándolos en gritos de vivos colores que me recuerdan cada uno que la felicidad estriba en cada brizna de hierba o en el olor del campo en primavera, o en otoño, cuando el olor a lluvia acompaña al rojizo atardecer de bellas hojas, o en invierno, cuando bajo la nieve, oculta y protegida la semilla prepara el vestuario con el que presentarse en poco tiempo en sociedad.

Sé, porque lo noto que la felicidad nunca abandona al ser, siendo el ser el que en ocasiones ignora la felicidad que acompaña cada milésima de segundo de nuestra participación en la obra teatral del mundo; siglos en cartelera y continua lleno el patio de butacas cada tarde.

Se que existes, te vivo y te sueño, con el ansia del enfermo, contagiado de tus gasas de colores con los que vistes nuestros días.

martes, 16 de junio de 2009

...en el fondo de los años, en la sima de los días...



¿Por qué amo tu locura,
tu desparpajo, tu falta
de reloj y tus atajos
cuando estoy prácticamente a punto
de caer de cabeza en el abismo?

O sea en ti. Pero no sólo
eso: hay mucho más de ti que quiero
y no revelo. Esa lámpara
que enciendes en el fondo.

(eduardo milan)



Precisamente porque eres el punto de locura que siempre empujó mis actos más irresponsablemente responsables. Mis protestas más sonadas y mis luchas más perdidas. Quizás porque sabía que allí, en el fondo de los años, en la sima de los días pasados, aguardabas tu con la tea encendida guiando mi regreso a esa enmohecida verja del parque.

lunes, 15 de junio de 2009

HOY UNA VOZ AMIGA ME TRAJO SERENIDAD. ETERNAMENTE GRACIAS.



Hoy, después de años de incertidumbre, de no saber queriendo saber, alguien, una buena voz amiga me trajo noticias, dejando que la serenidad de saber que está bién, que se encuentra bién y que guarda un buen recuerdo, me embargue y llene de tranquilidad el desasosiego de estos años en los que el no saber me traía nubes negras hasta el horizonte de mis sueños, aun sabiendo que algo dentro de mi me hubiera avisado si lo gris hubiera ocupado el sentimiento.

Hoy puedo estar, como la canción que escuchábamos en aquel entonces, sereno, sumergirme en sueños en el mar sin cogerme a nada que pensar, mientras tengo la seguridad que en lo alto siempre tu estás, y que al alba esperaras.

Te agradezco voz amiga, aquella que siempre desde que nos conocimos ha estado al quite dando amistad si pedir nada a cambio, que hayas hecho posible que la serenidad y los recuerdos agradables volvieran acumulados recuperando años de silencios, de incognitas, de porqués. Te lo agradezco tanto que deseo que algún día tu también alcances esa serenidad que hoy yo tengo, sabiendo que mi mano siempre estará allí tendida para cuando la necesites tu también.

Gracias por el té que fuiste a buscar, quizás el mejor té de mi vida. Eternamente gracias, voz amiga.

lunes, 30 de marzo de 2009

PREGUNTITAS SOBRE DIOS



Lleva el placer al dolor
y el dolor lleva al placer;
¡vivir no es más que correr
eternamente alrededor
de la esfinge del amor!


Esfinge de forma rara
que no deja ver la cara...;
más yo la he visto en secreto,
y es la esfinge un esqueleto
y el amor en muerte para.

(angel ganivet)


Hay que querer mucho la vida para querer cambiarla, hay que amar mucho lo que nos rodea para querer protegerlo. Hay que fundirse con lo que pisamos y ser parte de ello para luchar sin pensar en consecuencias personales ni sentir que el miedo se apodera de nosotros haciéndonos renunciar al amor por la vida. Hay que ser vida para sentirla y disfrutarla en su defensa.

jueves, 12 de febrero de 2009

TE AMO POR QUE TE AMO, POR QUE TE QUIERO YO AMAR



Te amo por todas las mujeres que no he conocido.
Te amo por todos los tiempos que no he vivido.
Por el olor del mar inmenso y el olor del pan caliente.
Por la nieve que se funde por las primeras flores.
Por los animales puros que el hombre no persigue.
Te amo por amar.
Te amo por todas las mujeres que no amo.

Quién me refleja sino tú misma me veo tan poco
sin ti no veo más que una planicie desierta.
Entre antes y ahora
están todas estas muertes que he sorteado sobre paja.
No he podido atravesar el muro de mi espejo.
Tuve que aprender la vida como se olvida
palabra por palabra

Te amo por tu sabiduría que no me pertenece.
Te amo contra todo lo que no es más que ilusión.
Por el corazón inmortal que no poseo
crees ser la duda y no eres sino razón.
Eres el sol que me sube a la cabeza
cuando estoy seguro de mí.

(Paul Éluard)


Te amo por que te amo, por que te quiero yo amar. Tu no haces nada, yo todo. Te amo por que te amo, por que te quiero yo amar. Te amo por lo que eres, o lo que quiero que seas, te amo por lo que veo o lo que quiero yo ver. Te amo por lo pasado y lo que estar por venir, o por lo que no he olvidado y quiero en mis sueños vivir. Te amo por que te amo, por que te quiero yo amar. Tu no haces nada, yo todo. Te amo por que te amo, por que te quiero yo amar.

lunes, 9 de febrero de 2009

...sería imposible retenerlo por que moriría....







Vuela mi corazón
unido con los pájaros
y deja entre los árboles
un invisible rastro
de alegría y de sangre.


Las gotas de rocío
se helaron en las manos
abiertas y floridas
de los enamorados
perdidos en la brisa.


Vuela mi corazón,
mi corazón atado
con cadenas de estrellas
a la sombra de un árbol
atado con cadenas
y con cantos de pájaros.

(José María Hinojosa)
Cuando empeñamos el corazón con algún sentimiento desbordante, al intentar reprimir sus impulsos reteniéndolo en nuestras manos, sangra y sufre por no permanecer allí donde instintivamente encuentra el calor de años de comprensión y esperanza, de manera que sería imposible retenerlo por que moriría irrremediablemente como el jilguero o colorín preso entre los barrotes fríos de una jaula, por mucho que se le mime y cuide. El corazón necesita volar hacia sus querencias naturales, e impedírselo es algo contra natura que conlleva sufrimientos y represiones difíciles de soportar. Hay que dejarlo volar, aunque sea en sueños. Ya volverá de cuando en cuando a recordarnos que vivimos precisamente por ello.

jueves, 5 de febrero de 2009

DE LA VERDAD DE AQUEL SENDERO QUE SE PERDÍA ENTRE LA PAZ DE UN PRADO.




Dime que era verdad aquel sendero
que se perdía entre la paz de un prado;
aquel otero puro que he mirado
yo tantas veces con candor primero.


Dime que era verdad aquel lucero
que se incendia casi a nuestro lado.
Di que es verdad que vale un mundo amado
y un cuerpo roto en un vivir sincero.


Di que es verdad que vale haber sufrido
y haber estado entre la mar sombría;
que vale haber luchado, haber perdido.


Haber vencido a la melancolía,
haber estado en el dolor, dormido,
sin despertar, cuando llegaba el día.


(Carlos Bousoño)

Vale todo, el haber vencido a la soledad, a la melancolía; con lo fácil que hubiera sido dejase arrastrar por las olas rompiendo contra la ilusión y la esperanza, por las olas temibles y crueles del desamor y la soledad.

Naúfragos altivos, supervivientes de la marejada de la distancia; luchadores contra el olvido cruel y despiadado que destroza sueños abrazados a una realidad interna de colores y músicas que repiten siempre el mismo estribillo del hoy y mañana, del siempre a tu lado, de la verdad de aquel sendero que se perdía entre la paz de un prado.

domingo, 25 de enero de 2009

EN EL AROMA NOCTURNO DEL JAZMÍN Y EN LA GOTA DE AGUA QUE SALVA AL MUNDO,


No me busques en los montes
por altos que sean,
ni me busques en el mar
por grande que te parezca.
Búscame aquí, en esta tierra
llana, con puente y pinar,
con almena y agua lenta,
donde se escucha volar
aunque el sonido se pierda...
(Francisco Pino)





Búscame en lo alto de una cumbre o en el fondo de una cueva, en la eternidad del cielo y en el reflejo del mar. En la hierba solitaria en el asfalto y en la procesión sin rumbo fijo de la oruga entre las hojas secas del pino. En el aroma nocturno del jazmín y en la gota de agua que salva al mundo. Búscame en cualquier parte, en cualquier rincón por pequeño que sea o en la inmensidad secy u árida del desierto.Porque para ti estoy en todos los lugares que imagines, en aquellos a los que en sueños te dirijas , cercanos o lejanos, reales o imaginados. Tu, búscame.

sábado, 24 de enero de 2009

LA ESENCIA DE NUESTRO PASO EN EL CORAZÓN DE ALGUIEN



Siempre hay algo que admirar algo nuevo que descubrir, y al final, siempre sin darnos cuenta, dejar cuando nos marchemos la esencia de nuestro paso en el corazón de alguien.

NO LO HAGO CON LA VISTA, AVANZO CON LOS SENTIDOS.



Una tinieblas que prometen y a veces amenazan abrirse. Y es difícil creer que quien recorre tal camino no se vea acometido por el tempor y un temblor casi paralizantes. Es la luz de un viaje más bien extrahumano, que el hombre emprendía asomándose al lado dé allá, a ese lado al cual se supuso, cada vez con mayor ligereza, que sólo se asoman los místicos. Es la luz que se vislumbra y la luz que acecha, la luz que hiere. La luz que acecha en la inmensidad de un horizonte donde perderse parece inevitable, y que hiere con un rayo que despierta más allá de lo sostenible, llamando a la completa vigilia, ésa donde la mente se incendiaría toda.

(María Zambrano)



No importa que se abran las tinieblas ni que la oscuridad amenace con ocultar a mis ojos el camino. No lo hago con la vista, lo hago con los sentidos, guiado por esa luz que rompe toda tiniebla, que vence a la oscuridad, por muy profunda que sea. Porque esa luz eres tu que me guía hacia tu encuentro. Por eso avanzo sin miedo, con la seguridad de la mano amiga, etérea pero real entre las mías, y avanzo, avanzo.

lunes, 19 de enero de 2009

NIÑOS DE LA CALLE

Y ES QUE POR TI NO MUERO EN LOS ABISMOS DE LA VIDA.



¿Por qué amo tu locura,
tu desparpajo, tu falta
de reloj y tus atajos
cuando estoy prácticamente a punto
de caer de cabeza en el abismo?

O sea en ti. Pero no sólo
eso: hay mucho más de ti que quiero
y no revelo. Esa lámpara
que enciendes en el fondo.
(Eduardo Milan)




Siempre esa lámpara al fondo, esa luz que me guía y me lleva por los mundos donde encontrarte y permitirnos continuar el templo de amor construido al paso del tiempo, porque no hay oscuridad en los sueños, no pesadillas salvo a la hora del regreso, a la que partir se convierte en dolor intenso hasta que de nuevo la luz que brota de tu recuerdo ilumina mis pasos hacia el nuevo encuentro. Y es que por ti no muero en los abismos de la vida.