ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.

ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.
Casi sin pensarlo nos fuimos sentando, uno tras otro, en torno a la chasca que encendió el Cipri, y asi pasamos la noche, escuchando las historias que alguien, no se quien, cualquiera que fuese, narraba despacito, creando un entorno de magia y misterio del que no queríamos salir.

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO
LO IMPOSIBLE SOLO EXISTE EN TU VIDA

sábado, 11 de octubre de 2008

LA ESPERANZA APASIONADA QUE ME EMPUJA HACIA DELANTE...



Puesto que apliqué mis labios a tu copa llena aún,
y puse entre tus manos mi pálida frente;
puesto que alguna vez pude respirar el dulce aliento
de tu alma, perfume escondido en la sombra.


Puesto que me fue concedido escuchar de ti
las palabras en que se derrama el corazón misterioso;
ya que he visto llorar, ya que he visto sonreír,
tu boca sobre mi boca, tus ojos en mis ojos.


Ya que he visto brillar sobre mi cabeza ilusionada
un rayo de tu estrella, ¡ay!, siempre velada.
Ya que he visto caer en las ondas de mi vida
un pétalo de rosa arrancado a tus días,


puedo decir ahora a los veloces años:
¡Pasad! ¡Seguid pasando! ¡Yo no envejeceré más!
Idos todos con todas nuestras flores marchitas,
tengo en mi álbum una flor que nadie puede cortar.


vuestras alas, al rozarlo, no podrán derramar
el vaso en que ahora bebo y que tengo bien lleno.
Mi alma tiene más fuego que vosotros ceniza.
Mi corazón tiene más amor que vosotros olvido.

(Victor Hugo)



No llovía, pero el cielo se volvía oscuro por momentos, trayendo olores húmedos de tierra mojada mientras el aire golpeaba contra mi cuerpo, enfrentado a la tormenta dejando que el viento llevara tu nombre robándolo de mis gritos, en una dura batalla entre el silbido profundo y ronco del vendaval y la voz que oponía a su avance gritando, tu nombre.

Ni el frío beso del viento en la cara me hizo abandonar y retirarme. Disfrutaba, gozaba viendo como solo la fuerza de la tormenta se acercaba al torbellino interior que produce en mi tu recuerdo, y cuanto más gritaban las nubes arrastradas por esa corriente de poder que chocaba contra mi voluntad de contrarrestar al frío vendaval la pasion cálida de tu nombre en mis labios, más libre me sentía hacia tí.

Fuerza contra fuerza, interior contra exterior, el aire me traía olores húmedos, de tierras lejanas mojadas por la lluvia, y tu presencia se hizo latente entre la confusión y mezcla de olores, frío y ventoso gris que ya nos rodeaba porque de nuevo estabas conmigo fundidos en esa fuerza sobrenatural que azotaba las altas copas de los cipreses mientras el campo gemía acunado violentamente por la poderosa pasión desatada.

De nuevo tu, tu y la esperanza apasionada que me empuja hacia delante, a la vida, a sentirla, a sentirte en ella arrastrándome a lo alto, levantándome.

No hay comentarios: