ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.

ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.
Casi sin pensarlo nos fuimos sentando, uno tras otro, en torno a la chasca que encendió el Cipri, y asi pasamos la noche, escuchando las historias que alguien, no se quien, cualquiera que fuese, narraba despacito, creando un entorno de magia y misterio del que no queríamos salir.

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO
LO IMPOSIBLE SOLO EXISTE EN TU VIDA

viernes, 4 de septiembre de 2009

...UNA PEQUEÑA LLAMA ALUMBRANDO SENTIMIENTOS DE DOS DESCONOCIDOS, CADA UNO LOS SUYOS, ...



Los dos vamos nadando
-agua de flores o de hierro-
por nuestras dobles vidas.


-Yo, por la mía y por la tuya;
tú, por la tuya y por la mía-.


De pronto, tú te ahogas en tu ola,
yo en la mía; y, sumisas,
tu ola, sensitiva, me levanta,
te levanta la mía, pensativa.


(Juan Ramón Jiménez)

Fue como un pequeño sueño de verano, el efímero cerrar los ojos sin darnos cuenta al calor del poderoso sol de finales de agosto. Y duró lo que la gota rociera en caer de lo alto de la planta, deslizándose en la hoja hasta llegar al charco de agua, levantando ondas precisas hasta que la quietud vuelve al remanso.

Duró lo que las pequeñas olas, enegía desatada pero que muere en la arena, y asi fue, una pequeña llama alumbrando sentimientos de dos desconocidos, cada uno los suyos, y terminó cuando la combustión no pudo alimentarse con más elementos que la amistad ya permanente aun sabiendo que en recuerdos por la imposibilidad de verse.

Hoy una amiga, mi Hermana, ha dicho que la gota al caer sobre el charquito estaba sola, estaba triste pese a su sonrisa, pero quién puede sostener a la lluvia tenue del rocío y evitar que caiga al suelo despertando de ese sueño momentáneo con el que ascendió más alto formándose casualmente, sin intención, espontánea. Lo siento, la gota cayó en mis manos dejándola escurrirse entre los dedos, y yo lo sabía, mientras ella, inocente, ignoraba su destino, quizás con suerte, mis recuerdos, a lo peor los suyos. Lamentos.

No hay comentarios: