ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.

ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.
Casi sin pensarlo nos fuimos sentando, uno tras otro, en torno a la chasca que encendió el Cipri, y asi pasamos la noche, escuchando las historias que alguien, no se quien, cualquiera que fuese, narraba despacito, creando un entorno de magia y misterio del que no queríamos salir.

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO
LO IMPOSIBLE SOLO EXISTE EN TU VIDA

miércoles, 6 de julio de 2016

LOS MILAGROS SE REPITEN A VECES, Y LA LA ESPERANZA VIVE ESPERANDO



Te espero cuando la noche se haga día,
suspiros de esperanzas ya perdidas.
No creo que vengas, lo sé,
sé que no vendrás.
Sé que la distancia te hiere,
sé que las noches son más frías,
Sé que ya no estás.
Creo saber todo de ti.
Sé que el día de pronto se te hace noche:
sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices,
sé que soy un idiota al esperarte,
Pues sé que no vendrás.
Te espero cuando miremos al cielo de noche:
tu allá, yo aquí, añorando aquellos días
en los que un beso marcó la despedida,
Quizás por el resto de nuestras vidas.
Es triste hablar así.
Cuando el día se me hace de noche,
Y la Luna oculta ese sol tan radiante.
Me siento sólo, lo sé,
nunca supe de nada tanto en mi vida,
solo sé que me encuentro muy sólo,
y que no estoy allí.
Mis disculpas por sentir así,
nunca mi intención ha sido ofenderte.
Nunca soñé con quererte,
ni con sentirme así.
Mi aire se acaba como agua en el desierto.
Mi vida se acorta pues no te llevo dentro.
Mi esperanza de vivir eres tu,
y no estoy allí.
¿Por qué no estoy allí?, te preguntarás,
¿Por qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti?
Porque el mundo que llevo aquí no me permite estar allí.
Porque todas las noches me torturo pensando en ti.
¿Por qué no solo me olvido de ti?
¿Por qué no vivo solo así?
¿Por qué no solo....

(Mario Benedetti)




Se que eres tu, la que se hace hueco en mi mente, la que vive en mi sangre, la que poco a poco hizo que este corazón, tocado ya por desastres de años de no conocerte, de no encontrarte, de la certeza de  que en algún lado tu risa alegraba, aún viviendo todavía sin la luz que desprendes, la existencia de otros, que quizás no te buscaban con la pasión, con la necesidad con la que cada respiración me sacudía llenándome de angustia porque se pasaba la vida y no te hallaba por más que mi insistente anhelo me acuciaba y me exigía tu encuentro.

Se que eres tu mi Dorado, la parte que me faltaba del alma, que me tenía sin fuerzas, porque conocí la multiplicación de la fuerza, de los colores, de los sabores, de los olores, de la vida al verte, al escucharte, al acariciar tu pelo, al notar tu respiración junto a la mía. Al sentir que aunque no estuvieras esa noche, mi cuerpo, inconscientemente dormido dejaba tu sitio libre para el tuyo mientras mi brazo se estiraba para, en tierna captura, reposar apoyado en tu cintura mientras mis pensamientos, libres por fin, se adentraban en caminos celestiales, entre estrellas de las que me reía ante su inutilidad al querer competir con el brillo de tus ojos, alegres, vivos, que rellenaban esa inquietud que desapareció al saber que estabas allí porque querías, sin presiones, sin ataduras que después no supe evitar.

Por eso ahora se que es difícil que ese hueco entre mis sábanas se vea ocupado, que no vendrás, que la fortaleza que me dabas, la seguridad de ser completo, se va diluyendo con los días, que las noches son más frías, los días más crueles, y que la distancia cada vez es mayor. Aún asi, cada noche, en sueños, salgo a buscarte, intentando que tus labios se encuentren los míos, que mi brazo repose encima tuyo y acabar con la burla de las estrellas al no estar tu anulando su estúpida luz, que me recuerda cada momento, al mirar hacia el firmamento, que tu no estás, que esa débil luz no es tuya, que no estoy completo, que me falta el aire, que solo cuando en el duerme vela veo en mi mente tu silueta, brillante, alegre, noto aún que vives en cada centímetro de mi cuerpo, en mi pensamiento, en cada una de mis acciones, en cada gota de lluvia que disfruto, en cada risa que escucho, en cada instante. y eso me empuja cada día a levantarme, preguntándome, ¿será hoy? y espero, como solo esperan los enamorados, con esa bendita locura de creer que un día, puede ser mañana, pasado, al otro, no se, pero.....los milagros se repiten a veces, y esa, esa es mi única esperanza.

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