domingo, 8 de marzo de 2015
CANSADO, VIEJO, ROTO
Lo dió todo. Lo empleó a fondo. Lo entregó sin preocuparse de su sufrimiento. Si dolía no importaba, continuaba dándolo. Hoy ya está cansado, muy cansado. Demasiados esfuerzos, demasiados sufrimientos, demasiados palos. Hoy ya se le nota roto, sin fuerzas, tan solo para acercarse
a su querida taberna y que dé ahí sus últimos latidos antes de desaparecer.
Seguramente nunca ya lo veremos por la Taberna recitando sus poesías, cantándonos sus amores, intentando llevarnos allí donde dos bailaban en la luna, enseñándonos esa bella flor quemada por el viento, o las palabras de Cortazar, de Machado, Benedetti, Rosales, Byron, Scheley y tantos y tantos otros. Calmando al Cipri de sus enfados y nervios o a Isabel de los dolores de sus cristales rotos en el estómago. Contando a Manoli que siempre se vive di hay amor y recuerdo, o como últimamente, acompañando a Yu en su primer café de la mañana.
El estaba ahí, desaparecía por un tiempo y volvía. Hoy está cansado y viejo. El último palo lo ha roto de verás, ha explotado en mil trozos que el Cipri intentará reunir y engarzar, pero el viejo corazón del.mono rojo ya no aguanta mucho más.
Es una tristeza que inunda la Taberna, máxime cuando el Cipri ha prometido que si el jodío mono se lleva su corazón, o viceversa, la Taberna será demolida como tumba inaccesible de tanto amor aquí desarrollado, escrito, leído, vivido.
Una faena el último palo, una buena y gran faena.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario