ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.

ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.
Casi sin pensarlo nos fuimos sentando, uno tras otro, en torno a la chasca que encendió el Cipri, y asi pasamos la noche, escuchando las historias que alguien, no se quien, cualquiera que fuese, narraba despacito, creando un entorno de magia y misterio del que no queríamos salir.

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO
LO IMPOSIBLE SOLO EXISTE EN TU VIDA

sábado, 19 de mayo de 2012

...LA LLAVE DE TU LIBERTAD, DE TI MISMA, DE TU VIDA.

Tu padre
es el que, dicen, te encierra.
Tu madre
es la que guarda la llave
Ninguno quiere
que yo te vea,
que yo te hable, que yo te diga que estoy
muriéndome por casarme.
Sin que te sienta tu madre,
salte por la puerta falsa
y vente a los olivares.
Tu calle va recta al campo.
Escondido en la cuneta,
te espero con mi caballo.
Te enseñaré los caminos
que van rondando a los mares,
amor, si vienes conmigo.
Si vienes, amor, si vienes
Sin que lo sepa tu madre,
sin que tu padre se entere.
Porque tienes olivares
y toros de lidia fieros,
murmuran los ganaderos
que yo no vengo por ti,
que vengo por tus dineros.
Todas las piedras del pueblo
las traigo en los pies clavadas.
Vengo
de allá arriba, de tu barrio,
de rondar tu calle, de guardar tu casa
¡Y nada!
Solito en este escalón,
me paso la noche entera.
¡Yo sé que estás prisionera!
De la calle suben sombras,
ya sin habla, la escalera
verde de tu enredadera.
¡Yo sé que estás prisionera
y que intentan libertarte
gentes que to no quisiera!
Por eso, en este escalón,
solito, para guardarte,
me paso la noche entera.

Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.
El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.
Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.
Llena pues de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.

(Federico García Lorca)




Encerrada entre tus temores, tus angustiosas indecisiones que te llevan al sacrificio más cruel del resignamiento, del sufrir ante la desgana, la apatía y el desamor. Sin posibilidad de encontrar entre tus pesadillas las llaves de tu celda y liberarte de ti misma, de ese pánico al vacío, sin conocer que el vacío es libertad, que lanzarte al mismo es respirar profundo y fresco, renovar el mohoso aire rancio acumulado de años de sometimiento.

Desconocer para siempre el valor de remontar y subir más alto, más alto, más alto, tanto que casi no ves el suelo desde donde levantaste el vuelo que te haría libre si fueras capaz de sumergirte y coger el impulso que te izara hasta mundos de los que ignoras su existencia.

No puedes ser como la ola que rompe una y otra vez contra la orilla, empeñada en adentrarse en la arena, ignorando que es la muerte de su fuerza, rechazando sin saberlo la inmensidad del océano en el que podría crecer y crecer mientras lo cruza, fuerte y libre, sin deshacerse contra la triste orilla, navegando en el gran mundo del agua del que ella misma está hecha.

Eso te ocurre, necesitas mirar la inmensa profundidad que te queda por vivir, rechazar la aparente seguridad de la orilla que te lleva a la muerte de tu yo emocional, de aplastarte una y otra vez contra los recuerdos mientras olvidas que el futuro, tu posible futuro está cimentado con esos recuerdos pero que sobre los cimientos hay que levantar la vida que no te atreves, rompiendo los que ahora te agotan, te mantienen presa de la oscuridad del alma sin dejarte ver la mano luminosa que se abre camino entre lo oscuro brindándote la llave de tu libertad, de ti misma, de tu vida.

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