ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.

ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.
Casi sin pensarlo nos fuimos sentando, uno tras otro, en torno a la chasca que encendió el Cipri, y asi pasamos la noche, escuchando las historias que alguien, no se quien, cualquiera que fuese, narraba despacito, creando un entorno de magia y misterio del que no queríamos salir.

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO
LO IMPOSIBLE SOLO EXISTE EN TU VIDA

sábado, 22 de septiembre de 2012

LA PAREJA DE ANCIANOS MÚSICOS CALLEJEROS



Cada día, al pasar por la mañana, les veía. Sentados los dos, juntos, cantando mientras él tocaba su viejo acordeón. Siempre canciones movidillas, folk, rock, de ese estilo que te hace sin darte cuenta agitar la mano mientras das "pitos" con los dedos.

Son viejos, ancianos, ancianos y alegres,  y al principio no pensaba en lo que me cambiaba el ánimo antes de coger el metro en la estación de Ópera. Continuaba andando chascando los dedos y tatareando la canción que en ese momento estuvieran cantando, sin casi fijarme en ellos, les veía pero no me fijaba al ir siempre atento a mis problemas y al tiempo que me empujaba para llegar pronto al trabajo.

Hoy ha pasado algo que en todos estos días no había ocurrido, me fijé en ellos, y vi una pareja anciana, unidos por algo más que la música, ESTABAN UNIDOS POR LA ALEGRÍA DEL AMORque de ellos manaba formando una burbuja que abarcaba a todo el que por su lado pasara, cambiando el ánimo de las personas y provocando una sonrisa en todos, y he sentido envidia. De golpe he visto un final para mis días atractivo, sentado al igual que el viejo músico al lado de mi "chica", la de toda mi vida, y repartiendo esa alegría al mundo entero, compartiéndola con ellos, y me he sentado en la acera, al lado de la pareja de ancianos mientras mi voz, cerrando los ojos, se unía a la de ellos.....PAPA RAPAPA PAPAPAPA, PAPA RAPAPA PAPAPAPA..... y dando palmas al ritmo que él marcaba con su acordeón.

No sentí vergüenza alguna, me encontraba cómodo, y cuando abrí los ojos vi un corro de personas llevando el compás al ritmo nuestro y todos tatareando PAPA RAPAPA PAPAPAPA, PAPA RAPAPA PAPAPAPA ....

Ha terminado la canción y todos nos hemos ido a la estación del metro, dejando a la pareja de músicos empezando otra pieza, y en la cara de todos nosotros se dibujaba una sonrisa manteniendo miradas cómplices. Por un momento el frío y el gris de la ciudad se había roto, había explotado en mil pedazos, creando un pequeño espacio de unión entre desconocidos, todos juntos al calorcito del amor de dos personas, juntas en el atardecer de su vida, cantando felices, unidos. Hoy he sido por un momento, feliz.

No hay comentarios: