¿Dónde estará mi vida, la que pudo
haber sido y no fue, la venturosa
o la de triste horror, esa otra cosa
que pudo ser la espada o el escudo
y que no fue? ¿Dónde estará el perdido
antepasado persa o el noruego,
dónde el azar de no quedarme ciego,
dónde el ancla y el mar, dónde el olvido
de ser quien soy? ¿Dónde estará la pura
noche que al rudo labrador confía
el iletrado y laborioso día,
según lo quiere la literatura?
Pienso también en esa compañera
que me esperaba, y que tal vez me espera.
(Jorge Luis Borges)
Yo se donde está mi vida, se donde mis sentimientos. He vivido toda ella pendiente de ellos, queriendo compartir y casar unos con otros. No sería justo dañar a nadie, no sería honesto para ninguna de los implicados exigir una respuesta rápìda, sin calibrar ni valorar el daño, los daños. Sería egoista sucumbir después de casi 40 años de vida y sentimientos clandestinos, personales, íntimos, a una inesperada cita, a un deseado encuentro físico, precisamente porque si se donde está mi vida, lo tengo claro, pero se que el acceder y darla salida ahora no haría más que romperme el tranquilo sueño del que gozo, llenándolo de pesadillas en las que personas queridas, inocentes, llamarían a mi ventana preguntando porqué, destrozando vidas paralelas, felices, hasta ahora, en su desconocimiento.
No, no puedo caer en el chantaje que mi propio ser me exige, no puedo rendirme al deseo rechazando por una primera y ´nica vez la razón. No sería justo, no, comportarme de manera egoista, porque precisamente eso es de lo que definitivamente huía, buscando amistad, compartir, amar en la distancia, resistir, dar sentido a la vida pasada y gastada en "¿que hubiera sido si...?
No, no sería justo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario