He tenido algún buen amigo que también "se bebió de golpe todas las estrellas..." y que era como el Callejero de Alberto Cortez. Despertaban en las personas que los conocían los mismos sentimientos. No eran egoistas, siempre estaban ahí, para lo que fuera, eran AMIGOS.
En el fondo siento un poco de envidia por no poder ser como ellos, actuar como ellos. Ya quisiera que alguna vez, cuando me toque hacer las maletas y marchar me recordaran como yo les recuerdo a ellos.
Allí donde esteis, os quiero.
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