ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.

ACERCATE Y SIENTATE UN RATO, ESTÁS EN LA TABERNA DEL MONO ROJO, AQUÍ TODA ILUSION ES POSIBLE.
Casi sin pensarlo nos fuimos sentando, uno tras otro, en torno a la chasca que encendió el Cipri, y asi pasamos la noche, escuchando las historias que alguien, no se quien, cualquiera que fuese, narraba despacito, creando un entorno de magia y misterio del que no queríamos salir.

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO

QUE LA POESIA NOS SALVE DEL MUNDO
LO IMPOSIBLE SOLO EXISTE EN TU VIDA

viernes, 12 de diciembre de 2008

QUÉ SABRÁ NADIE...



Camina bella, como la noche
De climas despejados y de cielos estrellados,
Y todo lo mejor de la oscuridad y de la luz
Resplandece en su aspecto y en sus ojos,
Enriquecida así por esa tierna luz
Que el cielo niega al vulgar día.
Una sombra de más, un rayo de menos,
Hubieran mermado la gracia inefable
Que se agita en cada trenza suya de negro brillo,
O ilumina suavemente su rostro,
Donde dulces pensamientos expresan
Cuán pura, cuán adorable es su morada.
Y en esa mejilla, y sobre esa frente,
Son tan suaves, tan tranquilas, y a la vez elocuentes,
Las sonrisas que vencen, los matices que iluminan
Y hablan de días vividos con felicidad.
Una mente en paz con todo,
¡Un corazón con inocente amor!

(Lord Byron)




Como sales de las penumbras de mi mente y te vas acercando a la luz de mis recuerdos, hacia un presente pleno de sensaciones antiguas, de asignaturas pendientes. Y como deseo esos instantes en los que los rayos de la inconsciencia alumbran la noche oscura del sueño abandonándome a tu encuentro.

Que placer despertar entre tus brazos ausentes y saber que allí estabas aun solo presente en espíritu inquieto que duermevela entre el sopor del amanecer contigo y el molesto despertar ruidoso del reloj, cruel notario de realidad.....qué sabra nadie de mi realidad, de nuestras citas suspendidos en el eter de los sueños, allí, cuando regresamos al momento en que solo la reja de forja era testigo de nuestro abrazo primerizo. Qué sabrá nadie...

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